La Torre DKV, un ejemplo contra el cambio climático

Olona visita la sede corporativa de la compañía de seguros en Zaragoza, que tiene acreditado un 55% de ahorro energético gracias a su apuesta por la sostenibilidad.

Carlos Martínez muestra al consejero Olona las calderas de biomasa instaladas en DKV
Carlos Martínez muestra al consejero Olona las calderas de biomasa instaladas en DKV
Toni Galán

Una placa antes de acceder a su interior ya da idea de que se trata de un edificio muy especial. En ella, DKV Seguros informa con orgullo de los sellos conseguidos por su sede central en Zaragoza –ubicada en la Torre Sur del complejo World Trade Center y en la que trabajan unas 300 personas– y que acreditan su compromiso con la sostenibilidad (certificación Leed Gold, la ISO 50001 o el Sello CeroCO2, entre otros). Un edificio que aúna y plasma arquitectónicamente los valores de DKV: ser una empresa abierta a la sociedad y al entorno, la sostenibilidad y mejorar la satisfacción de los empleados.

"Tenemos un modelo estandarizado de eko sucursales. Cada vez que hacemos una reforma tenemos muy claro qué instalaciones eficientes tenemos que poner. Entre el 40%-45% de sucursales ya están en este modelo", apuntó este miércoles Carlos Martínez, adjunto al consejero delegado y director de Servicios Generales y Compras de la firma, que explicó al consejero aragonés de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, las medidas implantadas durante la visita que este realizó al "buque insignia" de la compañía.

Inaugurado en 2014 tras una inversión de 9 millones de euros, la Torre DKV tiene acreditado un 55% de ahorro energético y en 2017 mejoró cerca de un 10% sobre el consumo de 2016. "Esto es un no parar. No es cuestión de hacer un edificio sostenible, que sí lo es. Además hay que mantenerlo y gestionarlo. Sistemáticamente vamos buscando cómo podemos mejorar las cosas y ayudar también a divulgar. En el fondo es muy importante que la gente sepa que si lo hemos hecho nosotros es que todo el mundo lo puede hacer. Simplemente es sentido común y tenacidad", resaltó Martínez.

Al mismo tiempo, el edificio de nueve plantas es cero CO2 al igual que toda la compañía. Conscientes de que el cambio climático tiene un enorme impacto económico en la economía, DKV lleva trabajando en esta línea desde 2004. "Desde entonces hemos reducido el 80% de nuestras emisiones. Y ahorramos dinero siendo medioambientalmente responsables", añadió el directivo.

Filtros solares en toda la fachada (que reducen 4 grados la temperatura del interior), calderas de biomasa, iluminación led, sistemas para mejorar la calidad del aire ("un tema de salud y productividad") o el uso de materiales sostenibles ("que vienen de menos de 800 kilómetros") son algunos elementos con los que cuenta el inmueble.

"El edificio expresa la convicción y filosofía de la propia empresa en relación con el cambio climático, que no deja de ser una cuestión de responsabilidad social y de ética", subrayó Olona, quien con su visita quiso reconocer y agradecer a DKV el apoyo que presta en la elaboración de la Estrategia Aragonesa de Cambio Climático y Energías Limpias. "Queremos ponerlo como ejemplo de una empresa que apuesta por la sostenibilidad", añadió.

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