No solo se trata de la brecha salarial. A lo largo de su vida laboral, las mujeres se enfrentan a varios factores sociales que representan las piedras en el camino para hacerse ricas o, al menos, rocas algo más grandes que las que han de saltar sus compañeros masculinos.

A la desigualdad salarial, que es una cuestión más compleja que la diferencia en la retribución que las mujeres perciben por desempeñar el mismo trabajo que los hombres y que en España se sitúa en un 14,9% menos por hora bruta, según datos del Eurostat, hay que sumar otros condicionantes como las bajas por maternidad, la esperanza de vida o las jornadas a tiempo parcial.

Baja por maternidad

Tras el nacimiento de un hijo, ellas interrumpen con mayor frecuencia su carrera laboral por bajas de maternidad y excedencias para el cuidado de los niños. A pesar de que el permiso de maternidad en España es de 16 semanas, frente a los 15 días del permiso de paternidad, el 90% de quienes solicitan excedencias por cuidados de familiares son mujeres.

Además de provocar carreras profesionales con más interrupciones, esta situación dificulta el ascenso laboral para ellas. Diversos estudios han demostrado que, tras la reincorporación por bajas de maternidad, la proyección profesional de las mujeres se estanca.

Reducción de jornada y trabajos a tiempo parcial

Quienes solicitan reducciones de jornada y quienes se emplean en trabajos a tiempo parcial son, mayoritariamente, mujeres. Según un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid, el 20% de las madres trabajadoras han pedido alguna reducción de jornada para el cuidado de familiares. Porcentaje que, en el caso de los padres, solo llega al 2%. Por otra parte, ellas son quienes padecen con mayor intensidad el problema de la precariedad laboral. Además de tener más dificultades para encontrar un empleo, es más probable que las mujeres accedan al mercado laboral a través de un contrato a tiempo parcial.

Mayor esperanza de vida

Solo el 42% de las mujeres cobran pensión en España, frente al 87% de los hombres, y esta es, de media, un 37% inferior a la de ellos. Los datos demográficos también muestran que, por término medio, ellas viven seis años más que los hombres.

Según con un informe elaborado por VidaCaixa sobre el impacto de las pensiones en la mujer, el riesgo de pobreza en las mujeres a partir de los 65 años es un 12% superior al que presentan los hombres.