Un puente solidario para una segunda vida laboral

Jonathan Gabarre, zaragozano de 32 años, tras nueve años en el paro, ha logrado un puesto de trabajo gracias a una empresa de inserción laboral.

Jonathan Gabarre tiene 32 años, está casado, es padre de dos hijos y desde hace ocho meses su vida ha dado un vuelco de 180 grados, gracias a su primer empleo tras casi una década en el paro.

“He trabajado siempre en la construcción. A los 16 años empecé con mi padre, que era pintor, y después enganché siempre en una obra tras otra”, recuerda el joven.

Sin embargo, con la crisis llegó el descalabro del empleo en este sector. A Jonathan le afectó de lleno y en todo este tiempo le ha sido imposible volver a trabajar.

“Llevaba nueve años desempleado. Buscaba trabajo y no encontraba de nada”, se lamenta Gabarre.

La suerte de este pintor cambió hace unos meses cuando le llamaron para una entrevista en la empresa de inserción laboral 'Inserción y Trabajo' (INSERTA), perteneciente a la Fundación Federico Ozanam. En ella se trabaja desde hace 19 años con el objetivo de “dar una posibilidad de empleo a personas que, en un momento dado, se encuentran en una situación o riesgo de exclusión social”, explica Carlos Lázaga, gerente de Inserta.

Estas entidades de carácter social son, según Lázaga, “empresas de tránsito”, ya que el trabajador puede permanecer en ellas durante tres años máximo. Un tiempo en el que “se les forma para que puedan dar el salto a empresas normalizadas”, resalta el gerente.

Aquí trabajan 35 personas y más de la mitad de ellas está en riesgo de exclusión social, es decir, unos 18 trabajadores. Cada año, más del 60% acaban encontrando un empleo fuera de este paraguas solidario.

Para Jonathan, este trabajo ha supuesto “un gran alivio”. “Ahora soy mucho más optimista con mi futuro”, dice, sonriendo. “Sé que aquí tengo un contrato durante más de dos años. Eso me da tranquilidad”, continúa Gabarre.

Y tras ese tiempo se muestra esperanzado. “Quién sabe si podré continuar con ellos, encontraré trabajo en otro lugar, o me forman para otro empleo”. Y añade,  “al fin y al cabo aquí me están preparando para la vida”.

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