"Llevamos 15 años con amenazas"

Los trabajadores de la planta de Opel muestran su malestar con los planes anunciados por la dirección, aunque confían en que la situación se pueda revertir.

Cambio de turno de los empleados de la planta de Opel de Figueruelas, este miércoles al mediodía.
Cambio de turno de los empleados de la planta de Opel de Figueruelas, este miércoles al mediodía.
Toni Galán

Inquietud ante el futuro de la planta de Figueruelas tras el anuncio de paralizar la fabricación del nuevo Corsa, pero ante todo malestar con la dirección. Ese es el sentir general de los trabajadores de Figueruelas, donde los ánimos estaban ayer muy caldeados. "Si piensan bajarse a Marruecos o a otros países que vayan y comparen si los empleados están a la altura de nuestra fábrica", dijo muy dolido Jesús Puri, que lleva trabajando ahí 35 años. "Hemos sacado adelante todos los proyectos y apoyado a la empresa en sus decisiones económicas y en todos los aspectos. Esto ha costado mucho dinero público. ¿Y en qué lo han aprovechado? Pues en las circunstancias que todos conocemos", añadió.

"Estamos haciendo muchos más coches con menos gente. Eso es lo que está pasando. Llevamos muchos años bajándonos los pantalones y es el momento de cortar", apuntó, por su parte, Luis Modrego. Y es que los empleados de Figueruelas (hoy unos 5.500) consideran inasumibles las medidas que fueron planteadas por la dirección en la mesa de negociación del convenio colectivo.

"La gente de la calle tiene que saber que el trabajador de Opel no exige nada extraño. Aquí se trabaja a destajo. No hay nadie que pare excepto a lo mejor la dirección, que quizá esté ahora tomándose un café después de sus comidas. Llevamos desde 2002 cediendo económicamente y no podemos estar cediendo en todas sus pretensiones. No he visto ningún convenio que se entre a negociar valorando ellos a la baja un 6% del salario", explicó Alfredo Villarroya (35 años en la compañía), quien destacó que la plantilla tiene que estar tranquila "y seguir adelante" con el convenio vigente.

Enfado de los trabajadores a las puertas de Opel en Figueruelas

Muchos empleados de Opel ven en las medidas anunciadas ayer por Opel/PSA una forma de presionar al comité de empresa para que este ceda. "Han abierto un ventilador para preocupar al personal. Es una lástima que vayamos a peor", indicó Emilio Guerrero, ya prejubilado tras 35 años en Opel y al que aún le quedan 106 días de trabajo. En esa línea se expresó Tomás Navarro (36 años en Opel). "Llevamos 15 años con seis o siete amenazas de cada cambio de modelo y esta es otra más. Llevamos años perdiendo poder adquisitivo y diciendo siempre las mismas mentiras. Fastidian al empleado y nos rebajan lo que sea, pero de aquí no se han llevado nunca nada y aquí seguimos", subrayó este trabajador, que sostuvo que aunque la firma haya cambiado de dueño "son todos iguales".

"Esto son ladridos que pega la dirección para asustar, pero no creo que nos quiten el Corsa", opinó Diego Marín. Otro empleado, dentro de su malestar, dijo: "Que se lo lleven mañana y nos enseñen las cuentas desde 2003". "Una vergüenza. 36 años de trabajo para que nos traten así", añadió otro.

A pesar de este ambiente tan enrarecido, muchos trabajadores se mostraron optimistas de que la situación se pueda encauzar. "Siempre ha habido margen de maniobra", afirmó Navarro. "Se debería revertir. Cuando vino PSA sabía lo que compraba y dónde se metía", aseguró Villarroya.

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