El futuro de Figueruelas

Las negociaciones entre la dirección y el comité de empresa de la planta zaragozana de Opel están suspendidas. Es habitual que se vivan momentos de tensión al discutir convenios laborales. No obstante, es imprescindible que trabajen juntos por lograr un buen acuerdo antes que les impongan desde fuera uno malo.

Figueruelas está inmersa en una complicada negociación sobre las condiciones laborales para los próximos años. El grupo francés PSA, el nuevo propietario, quiere contar primero con un plan de competitividad de la fábrica para asignarle después nuevos proyectos. Por el contrario, los trabajadores exigen que antes se apruebe un plan industrial que garantice carga suficiente de trabajo para las dos líneas de producción y los tres turnos laborales.

Sorprendida por una situación de tiempo muerto forzada por parte del comité, que no se había dado en la historia de los últimos convenios, la dirección califica esta suspensión de las reuniones de "fracaso de todos" y recuerda que la planta se está jugando su futuro. Lo cierto es que toda la prudencia y toda la sagacidad van a ser necesarias para afrontar esta etapa, con un nuevo propietario que exige más esfuerzos para salir de una larga época de números rojos. Cada parte está haciendo sus ofertas. Hay tiras y aflojas; los lógicos en una mesa negociadora. Los sindicatos siempre han derrochado sensatez y generosidad para contribuir a la productividad y continuidad de la factoría. Las sucesivas direcciones también han mostrado capacidad para lograr inversiones y la adjudicación de modelos. Ahora toca reeditar esta colaboración que siempre ha existido en la fábrica aragonesa y que tan buen resultado le ha dado.