Veinte millones para mejorar el riego en Aragón y "dar la mayoría de edad" a sus comunidades de regantes

El Gobierno subvenciona la financiación de las costosas obras, pero deja en manos de estas instituciones la licitación y ejecución de los proyectos.

Explotación aragonesa dotada con riego por aspersión en Huesca.
Veinte millones para mejorar el riego en Aragón y "dar la mayoría de edad" a sus comunidades de regantes
R. G.

El pasado 3 de enero, el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón publicaba la orden para convocar las ayudas con las que financiar la mejora y modernización de regadíos. Una línea de actuación ya conocida, incluida en el Plan de Desarrollo Rural (PDR), que, sin embargo, llega en estos comienzos de 2018 con significativas novedades que exigieron incluso cambios en el PDR y, por supuesto, el visto bueno de la Comisión Europea.

Fueron el consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, y el director general de Desarrollo Rural, Jesús Nogués, los encargados de explicar este jueves las "innovaciones" introducidas en esta convocatoria, dotada de 20 millones de euros destinados a financiar las costosas inversiones que decidan emprender las comunidades de regantes para mejorar y modernizar los regadíos ya existentes en la Comunidad, que ocupan una superficie cercana a las 400.000 hectáreas.

Por supuesto que las ayudas tienen la mirada puesta -y la justificación de pago- en las infraestructuras. Pero no son solo eso. Olona insistió en que con este "ambicioso" programa "no se trata únicamente de cambiar acequias por tuberías", sino de impulsar la "innovación institucional" de las comunidades de regantes.

El consejero explicó que es necesario que estas instituciones "que están algo ancladas en el pasado" hagan un esfuerzo de adaptación a los nuevos tiempos, por lo que, aunque sus proyectos tienen que definir la tecnología que utilizarán o las obras que llevarán a cabo para mejorar la utilización del agua en el cultivo, se tendrá muy en cuenta en la valoración de su inversión las medidas tomadas para la modernización de la gobernanza y la gestión del agua. Como ejemplo, destacó el consejero, "no solo tienen que repartir el agua, también deben de preocuparse de la calidad del recurso que los regantes devuelven al sistema".

Elevada demanda

Buena parte de las novedades incluidas en esta convocatoria, la segunda de la legislatura, están motivadas por la elevada demanda que las ayudas tuvieron el pasado año. Entonces se presentaron 71 solicitudes que sumaban una inversión de 200 millones de euros, pero la línea disponible –28 millones de euros– y las condiciones exigidas solo permitió aprobar 15 proyectos que suponen una inversión de 73 millones y benefician a casi 8.000 hectáreas. Por eso, se han establecido tres bloques de ayudas, se ha reducido en diez puntos los porcentajes de financiación y se han establecidos límites en la cuantía a recibir. Así, la mejora integral de regadío dispondrá de 13 millones, con un porcentaje de ayuda del 40% de la inversión hasta un máximo de 6.500 euros por hectárea. Para la mejora puntual del riego se dedicarán 5,5 millones, con un porcentaje medio del 30% de la subvención. Y se han reservado 1,5 millones para subvencionar proyectos que no exigan un desembolso mayor de 200.000 euros, con lo que se pretende evitar que pequeñas comunidades o obras menores tengan que competir con proyectos de gran dimensión de las potentes comunidades generales.

El programa establece además en 3,25 millones de euros y en 2 millones de euros el techo de la subvención que podrá percibir una sola comunidad de regantes para sus iniciativas de mejora integral y puntual respectivamente. «El año pasado solo un proyecto absorbió la mitad del presupuesto total», insistió Olona. Además, y en ese objetivo de «dar la mayoría de edad a las comunidades de regantes», el consejero explicó que tendrán que ser estas instituciones las que se hagan cargo de la promoción total del proyecto, desde la redacción del mismo, hasta la licitación y la ejecución. «Ya no tendrán la tutela de la Administración, ni podrán recurrir a Sarga, como el pasado año, para realizar estos trámites», destacó.

La huerta tradicional se convierte también en protagonista en esta convocatoria. Sus proyectos pueden llegar a disponer de una ayuda del 50% de la inversión hasta un máximo de 9.000 euros por hectárea. «Lo que se intenta es mantener estos cultivos viejos, que representan un gran patrimonio y acerbo cultural de la Comunidad y que se están abandonando por falta de competitividad», señaló Nogués.

Olona quiso dejar claro que el objetivo de esta iniciativa no es solo el ahorro y el consumo eficiente del agua o la reducción ambientales del agrosistema. Lo que fundamentalmente se persigue, detalló el consejero, es mejorar la renta de los agricultores. Y esa contribución sumará puntos en el proceso de concurrencia competitiva al que se someten todos estos proyectos.

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