ABB desarrolla transformadores secos de más potencia en su planta de Zaragoza

Concluye 2017, año en el que la fábrica de transformadores secos del grupo ABB en Zaragoza, en la carretera de Madrid, cumplió medio siglo. Aún se percibe en las instalaciones, aunque han sido ampliadas y modernizadas –en este ejercicio con inversiones de 2 millones de euros–, el sello de su arquitecto, Rafael Moneo. La singular escalera de las oficinas es posiblemente lo más llamativo del primer trabajo profesional del primer español que obtuvo el prestigioso premio Pritzker, que aceptó el encargo de la familia aragonesa Diestre, amiga de sus padres, para la construcción de la nueva factoría en 1967.

Entre esta planta y la anterior de la empresa Diestre se han producido ya más 125.000 transformadores eléctricos en 63 años, desde 1993 ya con la multinacional sueco-suiza ABB como única propietaria. El transformador seco, marca de la casa, empezó a ser fabricado aquí en 1981, si bien su producción convivió con la del transformador de aceite hasta 2000. Desde Zaragoza salen transformadores de hasta 72,5 kVA, pero en el departamento de I+D+i del centro aragonés ya se están desarrollando transformadores de más potencia y tensión, apunta Carlos García Quirós, director de la fábrica, sin precisar más detalles.

Con 215 trabajadores en la actualidad, 6 en I+D+i, la planta zaragozana de ABB es centro de referencia del grupo en transformadores secos encapsulados, idóneos para instalaciones donde se requiere una gran seguridad. Sitios con mucha afluencia de gente como hospitales, centros comerciales, estaciones de transporte, etc. "El transformador de tipo seco elimina riesgos, además de ser más amigable con el medio ambiente que otros", señala García Quirós. Además del tamaño de su producto, añade, en el departamento de I+D+i de la factoría zaragozana se trabaja en buscar soluciones de refrigeración para adaptarse "a entornos de aplicaciones con un transformador más compacto en dimensiones físicas y en peso".

Un paseo por la planta de la carretera de Madrid permite constatar hoy que hay cambios en el ‘lay out’ de la zona más antigua, la que tiene el sello de Moneo, e incorporaciones más recientes ahí y en una nave más nueva, incluidos los ‘safety corners’, espacios de seguridad con desfibriladores y otras equipaciones de emergencia. Entre la plantilla se ve a mucha gente joven porque en los últimos años ha habido un relevo generacional, que registró un hito en octubre 2015 con un acuerdo de 10 prejubilaciones y 15 despidos forzosos incluido en el expediente de regulación de empleo (ERE) realizado como consecuencia del traslado de producción –de bobinas– a una planta de ABBen Polonia.

La exportación

En los últimos dos años la factoría de ABB en Zaragoza ha recuperado parte del empleo perdido y, sobre todo, no ha dejado de fabricar transformadores para España y numerosos mercados exteriores. La planta exporta entre el 65% y el 70% de su producción a países de Europa, Oriente Medio y Sudamérica. Turquía, Italia, Francia y Emiratos Árabes están entre sus destinos más importantes. Ese empuje más allá de nuestras fronteras, demostrado a lo largo de los años, ha permitido al centro arargonés de ABB ser merecedor de premios a la Exportación que concede la Cámara de Comercio de Zaragoza en los años 2002, 2008 y 2014.

De cara a 2018, explica Carlos Gª Quirós, "seguiremos apostando por energías renovables, campo en el que el mercado se ha reactivado en España por las nuevas subastas en eólica y solar y en el que la actividad continúa en Europa". Otro sector importante es el del transporte ferroviario, agrega, con pedidos para metros como el de Londres, el de Dubái, el de Santiago de Chile, el de Riad o el de Estambul, sin olvidar que en las estaciones del AVE a La Meca o en el campo de fútbol de Qatar (para el Mundial de 2022) habrá también transformadores secos fabricados en Zaragoza.