Opel inicia hoy una nueva etapa con ajustes laborales, en producto y en política comercial

La compañía presenta un plan para volver a beneficios con el aval de PSA que genera expectación en Figueruelas y la industria aragonesa

Una trabajadora de Opel España, en la cadena de la fábrica de Figueruelas
Una trabajadora de Opel España, en la cadena de la fábrica de Figueruelas
Opel

Será un antes y un después en la historia de Opel, aseguran en entornos cercanos a la compañía. La materialización real de la integración de la marca alemana en el grupo francés PSA, con el anuncio de medidas orquestadas para transformar la empresa y conseguir poner fin a muchos años de pérdidas (los últimos 17, perteneciendo aún a General Motors). El consejero delegado de Opel, Michael Lohscheller, anunciará este jueves el contenido del denominado Plan de los 100 días de una marca que quiere volver a la rentabilidad. Y lo hará con el aval de la casa matriz, PSA, con su presidente, Carlos Tavares, a la cabeza, presente en el acto de presentación de la nueva estrategia.

A partir de las 9.15 la dirección de la compañía expondrá sus planes de futuro.

Lohscheller y Tavares darán cuenta de un plan que incluirá, según lo que se ha filtrado hasta ahora a la prensa alemana, ajustes en materia laboral, un recorte en la cartera de modelos, políticas comerciales muy distintas de las impulsadas hasta ahora desde la sede central en Rüsselsheim (Alemania) y una apuesta más decidida por el coche eléctrico. Del grado de detalle de estas líneas maestras o de otras que aún se desconocen se sabrá en la propia presentación, prevista a partir de las 9.15 desde Alemania, si bien la expectación generada es enorme en las fábricas directamente afectadas, como la de Figueruelas, y en la industria del automóvil que trabaja más directamente con Opel, en Aragón y en otras regiones europeas.

El plan estará «muy enfocado en volver a la rentabilidad», apuntó Antonio Cobo, director general de Opel España, en la celebración de los 35 años de historia de la factoría zaragozana la noche del martes. El objetivo, precisó, se conseguirá sobre la base de que el mercado se mantendrá tal y como está en la actualidad, sin previsiones de incrementos de ventas, de modo que para equilibrar las cuentas y poner fin a las pérdidas registradas estos años habrá que adoptar medidas más drásticas. Es decir, ahorrando costes. Incluidos los laborales, reconoció el propio Cobo, que sin embargo apuntó que los ajustes no deben significar necesariamente recortes de empleo o de salarios.

El director general de la planta de Figueruelas recalcó que la actual coyuntura tiene lugar en un momento muy positivo en la factoría –«hoy un lujo si lo comparamos con 2012», indicó–, con cuatro modelos en las cadenas de montaje (Corsa, Mokka X, Crossland X y C3 Aircross), con el reciente lanzamiento de dos vehículos que ya comparten plataforma de PSA –el Crossland y el de Citroën– y el anuncio, realizado el 2 de mayo en la fábrica de Zaragoza, coincidiendo con la visita de Tavares, de que la próxima generación del Corsa se hará también aquí, con arquitectura de PSA (la del Peugeot 208).

El Adam

Quedaría pendiente para la planta aragonesa saber si, como anunció Opel a finales del año pasado, se mantiene la idea de ensamblar el coche que sucedería al actual Adam, modelo que hoy se produce en Eisenach (Alemania) pero que vendría a Zaragoza coincidiendo con la marcha a esa misma planta germana del exitoso Mokka X.

«Ya se puede vender bien el próximo Corsa, porque si no viene el Adam se demostraría que los alemanes nos metieron un gol quedándose con el Mokka», apuntó a este diario un experto en el sector tras considerar que el ‘hermano pequeño’ del Corsa, el Adam, podría ser uno de los modelos que Opel dejaría de ensamblar en el futuro.

Preguntado sobre este tema el pasado martes, Antonio Cobo dijo no saber qué coche podría no fabricarse más –«puede ser cualquiera»–, pero sí reconoció que la planta de Zaragoza «necesita un modelo más» y que lo idóneo sería que sea de la misma arquitectura de los coches que ya se producen aquí. Él no lo dijo, pero nadie descarta que de adjudicarse un nuevo vehículo a Figueruelas este pueda ser de las marcas Peugeot o Citroën.

El coche eléctrico

Entre las novedades destacadas del plan filtradas ya a la prensa estaría la decisión de PSA de que Opel sea la punta de lanza del desarrollo de tecnología de vehículos eléctricos del grupo, utilizando para ello el centro de I+D que la marca del rayo tiene en Rüsselsheim. En el acto de celebración de los 35 años de la planta de Figueruelas esta cuestión fue planteada a Antonio Cobo, a quien se le preguntó si la factoría aragonesa podría ser un centro de producción de este tipo de vehículos. «¿Para cuándo?», se le inquirió. «A lo mejor antes de lo que creemos», respondió el directivo antes de señalar que no podía decir nada más. Tan enigmática respuesta parecía sugerir que el jefe de la planta aragonesa sabe del interés de PSA de que Opel trabaje en este campo, aunque no diera más datos.

«No esperamos un plan con tanto detalle ni anuncio de cierre de plantas, pero sí las líneas generales y claves que nos sirvan para tirar del hilo de lo que puede pasar en el futuro», apuntaron por su parte fuentes sindicales cercanas a Figueruelas sobre el plan que se anunciará hoy.

En el seno del comité de Opel España, en cualquier caso, esperan que el plan de PSA no afecte ni a los salarios ni a la producción en la planta de Figueruelas y recalcaron su disposición a dialogar con la dirección para mejorar el negocio. Lo dijo el propio Cobo en referencia a la negociación del XIV convenio de la planta aragonesa: «No habrá ningún tema que no toquemos».

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