La innovación llega a los pastos de montaña

La Escuela Politécnica de Huesca desarrollará un proyecto en cuatro valles del Pirineo para mejorar el forraje y rebajar el consumo de pienso de la ganadería extensiva.

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Heraldo

La ganadería se ha convertido en un símbolo de la supervivencia de los pueblos y los paisajes de las zonas de montaña. A ella va dirigido un proyecto que pretende evitar que se siga reduciendo el número de explotaciones, aplicando la innovación en la gestión de las praderas del Pirineo donde pastan en verano y de la hierba recolectada para mantenerlos en invierno.

En el proyecto, denominado ‘Gestión agronómica innovadora de praderas y pastos de siega pirenaicos’, colaboran la Unión de Agricultores y Ganaderos

(UAGA), la cooperativa Agropecuaria de Sobrarbe, la Universidad de Zaragoza y la Asociación de Entidades Locales del Pirineo Aragonés (Adelpa). Ha contado con una ayuda de 15.000 euros en su diseño y ahora busca financiación dentro del marco del Programa de Desarrollo Rural de los fondos Feader para Aragón 2014-2020.

La mayoría de los ganaderos de montaña alimentan a sus reses durante el invierno con la hierba cosechada en los prados la campaña anterior. Esto significa que la rentabilidad de las explotaciones depende en gran medida de la calidad del forraje, ya que si no se cubren con ella las necesidades nutricionales de los animales es necesario recurrir a los piensos. Representa el 50% de su alimentación.

Durante 3 años

El proyecto se desarrollará en cuatro valles del Pirineo: Hecho, Aísa, Gistaín y Benasque. En cada uno se elegirán tres tipos de prados: praderas de siega intensificada (incluso cultivada), de siega espontánea y prados naturales de alta montaña, en general menos explotados. En total, un mínimo de 12 parcelas, donde se ensayarán diferentes sistemas productivos en colaboración con agricultores y ganaderos. La duración prevista del proyecto es de 3 años (2018-2010).

En las parcelas se experimentarán distintas prácticas agrícolas: siembra directa, introducción de diferentes cultivos forrajeros, fertilización con estiércoles y purines, control del pastoreo, muestreos de la composición florística antes del corte, siega de parcelas y toma de muestras de hierba en distintas fechas, así como del suelo para analizar su fertilidad y los distintos tipos de abono.

El secretario general de UAGA, José Manuel Penella, presentó ayer la iniciativa, desarrollada junto con la cooperativa del Sobrarbe, que tiene 400 socios. "La idea es apoyar la ganadería del Pirineo y que sea menos dependiente de la alimentación externa", declaró. En el mismo sentido, el presidente de Adelpa, Pablo Castán, reivindicó la ganadería de montaña como un motor de desarrollo de la economía rural y un sistema para el mantenimiento de la población y del medio ambiente, en un momento difícil por la reducción continua de explotaciones y el tratamiento de la PAC a los pastos de montaña. "Queremos que nuestras cabañas se mantengan y nuestros pueblos sigan vivos", añadió José Ramón Olivar, presidente de la cooperativa de Sobrarbe.

Se calcula que las praderas de siega ocupan una superficie de más de 9.000 hectáreas, una extensión escasa pero "clave", según Ramón Reiné, profesor de la Escuela Politécnica de Huesca, el centro tecnológico a cargo del proyecto. Él y Joaquín Ascaso, ambos ingenieros agrónomos, se encargarán de la investigación, que pretende "poner en valor el cultivo de los prados de siega". Su papel es estratégico, señaló Reiné, porque es el sustento principal de las reses.

Una lista de recomendaciones

El proyecto, al final del periodo de investigación, ofrecerá recomendaciones, como el calendario de fechas de corte, el pastoreo, la siembra, el uso de fertilizantes o la carga ganadera óptima. Reiné distinguió entre los pastos bajos, con una explotación más intensa y siembra directa; y los más altos, con gran variedad de flora y situados en espacios protegidos, donde es necesario mantener el pastoreo como un medio para conservar la biodiversidad. El investigador destacó que tradicionalmente se tienen en cuenta el volumen de la cosecha pero hay que incidir en la calidad, donde existe, dijo, mucho margen de mejora.

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