Guindos ofrece hablar de un nuevo marco de financiación autonómica "desde la sensatez"

El ministro de Economía asegura que no va a haber un referéndum en Cataluña sino una "pantomima".

Conferencia de Luis de Guindos en Zaragoza
Conferencia de Luis de Guindos en Zaragoza
Toni Galán

Hace cinco años "con España al borde del colapso económico" no era momento de hablar del pacto fiscal que solicitó la Generalitat al Gobierno. Ahora sí "se puede hablar desde la sensatez y la serenidad de un nuevo marco de financiación autonómica" en el que tengan cabida las características de cada una de las comunidades. "Más o menos población, territorio, todas esas cuestiones se pueden hablar y estamos deseando", afirmó este lunes Luis de Guindos, ministro de Economía, Industria y Competitividad. "Desde el sentido común y la mano tendida, pero siempre que se cumpla con la legalidad y no se quiebre el Estado de Derecho". Así lo dijo en el zaragozano Patio de la Infanta donde clausuró el ciclo de conferencias organizado con motivo del 140 aniversario de Ibercaja y del homenaje a la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, fundadora de la entidad.

Según el ministro, la voluntad de diálogo siempre ha estado ahí. "El Gobierno atenderá a Cataluña sin causar agravios comparativos" –ya que ha sido la Administración central la que ha cedido "cada vez más"– y siempre "dentro del marco constitucional". "El punto de partida es el cumplimiento de la ley y a partir de ahí nos ponemos a construir", dijo. Incluso puso como ejemplo el sistema de financiación de los estados federados de Estados Unidos a los que se les prohibe tener déficit. "Si la financiación es correcta, la contraparte ha de ser que no haya déficit".

Independencia o "suicidio"

Frente a esta alternativa de diálogo, que –recordó el ministro– la Generalitat rechazó al no enviar representante el 17 de enero a la última Conferencia de presidentes autonómicos, De Guindos quiso dejar claro que "no va a haber independencia para Cataluña ni un referéndum normal sino una pantomima". Es más, la "independencia sería su suicidio económico". "No es verdad que les fuera a ir mejor. No se puede entender Cataluña sin España y menos cuando el 75% de su PIB son las exportaciones". No tendría ningún sentido, afirmó Luis de Guindos, que quedasen sujetas a un arancel, en caso de que se independizara, actividades como la automoción que lo tendrían del 10% o del 15% para el sector del textil. No veo a las entidades financieras catalanas cambiando su domicilio ni soportando una contracción del crédito como la que se produciría ni actuando con una moneda propia, muy devaluada respecto al euro. Sería una pérdida enorme para los ahorradores catalanes", advirtió. Evitar este "Gobierno radical y muy negativo para una economía como la catalana, que es de las más integradas en Europa y con el mundo", es lo que pretende la actuación de los jueces y fiscales, señaló Luis de Guindos, que apeló al talante de "toda esa gente mucho más tolerante de lo que se suele pensar que hay en Cataluña" para reconducir la situación. Si bien, precisó que para negociar con inversores el desafío catalanista no ayuda. "Estamos hablando con un gran fabricante de automóviles para que se instale en la Zona Franca de Barcelona, confío en que lo sacaremos, pero no ayuda".

Precedido de las palabras del presidente de Ibercaja, José Luis Aguirre, –quien elogió la apuesta reformista de Luis de Guindos con la consolidación fiscal, la reforma laboral, la unidad de mercado o la reestructuración del sector financiero – el ministro se refirió a posteriori a la buena marcha de la economía española. "Es el tercer año de crecimiento. En el primer semestre el ritmo es del 3,5% y acabaremos el año por encima del 3%, se creará más de medio millón de empleos y la tasa de paro seguirá cayendo" con una próxima EPA, pronosticó, con buenos datos.

Asimismo, mencionó el incremento en las exportaciones por encima del 9% o el superávit en la cuenta corriente de la balanza de pagos por quinto año consecutivo lo que hace de España un "país competitivo". También hizo hincapié en un sistema financiero "solvente". "Lo que ha ocurrido en el Banco Popular no lo pudimos hacer en 2012 cuando tuvimos que inyectar 40.000 millones para evitar el colapso del sistema o el contagio de unas entidades a otras". Asimismo, aseguró que el sistema está actualmente "saneado" y con "grandes jugadores", como el Santander, BBVA, Sabadell, Caixa Bank o Ibercaja, séptimo grupo bancario del país, si bien negó tener la fotografía de cómo va a quedar el mapa bancario. Por último, se refirió a que combatir el desempleo sigue siendo prioritario al tener aún una tasa de paro del 17,2%.

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