Cinco utensilios domésticos que no solemos limpiar (y deberíamos)

La limpieza del hogar es esencial para garantizar la armonía y el equilibrio de la casa y de sus habitantes, pero a veces pasamos por alto ciertos objetos que son auténticos focos de bacterias.

Los objetos más utilizados son, a veces, los que menos limpiamos.
Los objetos más utilizados son, a veces, los que menos limpiamos.
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Disfrutar de una casa higiénica y ordenada es algo básico para la mayor parte de las familias, pero debido a los ritmos de vida actuales no siempre conseguimos hacer una limpieza en profundidad que ayude a evitar todos los focos de infección posibles en un hogar. Las tareas más comunes, como limpiar los baños, la cocina y el cubo de la basura o quitar el polvo, siempre se llevan a cabo, pero hay otros objetos cotidianos muy utilizados cuya limpieza pasa desapercibida en más de una ocasión.

¿Cuáles son los objetos cotidianos que menos solemos limpiar?

Las llaves de casa y del coche. Las utilizamos a diario, las guardamos en bolsos y bolsillos que contienen otros objetos, se nos caen al suelo, las dejamos sobre mesas, sofás y estanterías e, incluso, llegamos a extraviarlas durante horas o días por ligeros despistes… y, sin embargo, no es frecuente lavarlas todas las semanas. Las llaves son auténticos focos de bacterias y conviene ser más cuidadoso en su mantenimiento, limpiándolas con toallitas, con vinagre o con bicarbonato al menos una vez a la semana. Las brochas de maquillaje. Estos cepillos forman parte del neceser de muchísimas personas, y allí (producto de la humedad de los baños) pueden adherirse sustancias nada recomendables para después pasarse por la cara. Lo mejor es lavar semanalmente las brochas con agua y con jabón (o con un poco de aceite de oliva) y colocarlas en un bote con los pelitos hacia arriba para evitar que se ensucien más de lo indispensable.  Los estropajos. Aunque el agua y el jabón sean habituales compañeros de este utensilio de limpieza, no significa que no haga falta lavarlo muy a menudo. Y es que al fregar los platos el estropajo absorbe todas las grasas de la comida, lo que provoca que al siguiente lavado llenemos de grasa todo lo que pretendemos limpiar. Lo mejor: aclararlo bien después de utilizarlo y cambiarlo cada dos o tres semanas. Mando a distancia. Al igual que ocurre con los picaportes y los interruptores de casa, el mando a distancia es uno de los objetos que más solemos tocar a lo largo del día; y como consecuencia del zapeo no solemos soltarlo ni aunque no estemos cambiando de canal. La acumulación de bacterias es grande y la comodidad del hogar puede hacernos olvidar lavarnos las manos antes de comer, por eso lo mejor es limpiar a diario con toallitas húmedas este aparato electrónico. La cafetera. El calor y la humedad que generan este aparato son un ecosistema ideal para la proliferación de bacterias. Es importante desarmarla por partes y limpiar bien a diario cada una de ellas para asegurarnos de un resultado óptimo y de un café libre de visitantes. Ir al suplemento de vivienda

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