¿Se jubila con la sensación de haberse dejado algo importante sin hacer?

No. Bueno, hay muchas cosas que tendrá que hacer el siguiente. Yo he hecho las mías y tengo la sensación de que he hecho mi trabajo lo mejor que he podido y con honradez. He estado casi 18 años en este sector, en el que he visto mucha deslocalización. En España se han ido bastantes fábricas de multinacionales como Electrolux o el grupo Candy. Se las han llevado al este de Europa o China, y sin embargo, en nuestro caso, estoy orgulloso de que dejo la industria algo más grande de lo que la cogí. Estamos aquí y con una salud buena como compañía y eso quizá sea el sentimiento más satisfactorio: los empleos siguen ahí, la industria sigue ahí. No es trabajo mío sino de mucha gente, pero aquí seguimos cuando casi todo el sector ha desaparecido.

Tal vez, supieron reaccionar a la crisis antes que los demás

Reaccionamos como cualquier empresa. Tienes que tener cuidado de tus activos, de tus deudas, de tus stocks; parar las fábricas cuando hay que pararlas porque no vas a poder vender; disponer de  garantías de cobro porque hay clientes que no te van a poder pagar y reducir los gastos todo lo que puedas. Básicamente, mantuvimos los de comunicación, marketing y  formación y tras unos años complicados, hemos salido adelante. Es verdad que nuestra situación financiera era buena. Nunca hemos perdido dinero y siempre hemos hecho inversiones. Por eso, cuando empezó el mercado a moverse en 2013 estábamos en una posición espléndida.

Y la inversión continua en I+D+i les ha ayudado mucho, ¿no?

Sí, claro. Llevamos muchos años invirtiendo en torno a 40 millones de euros anuales. Hablo de BSH España, incluyendo no solo las fábricas de Zaragoza sino las de Santander, Vitoria y Esquiroz. En los dos últimos años, hemos alcanzado los 50 millones. Mucho ha sido en fábricas, desarrollo y producto. Ahí no cuento inversiones en marketing ni en adquirir almacenes, etc. En inversión en I+D+i estamos en el 4,4% que es mucho para nuestro sector.

Están con la remodelación total de Montañana, ¿cuándo acaban?

De Montañana estamos saliendo, ya por segundo año, con la mejor inversión de su historia. En septiembre empezaremos a producir las primeras unidades de una nueva generación de hornos. Hemos cambiado la fábrica de arriba a abajo y va a ser la planta de referencia para todo BSH en esta nueva generación. Pero este año y el pasado estuvimos lanzando toda la nueva generación de placas de inducción y está yendo muy bien.

¿Mantienen la decisión de dejar de hacer lavavajillas en la planta?

Sí, hace un par de años decidimos dejar de hacer lavavajillas porque hacíamos muy poquitos. Tenemos un plan de reducción en los próximos dos o tres años, pero por contra los volúmenes de producción de hornos y de placas de inducción están aumentando. Mientras tanto, en La Cartuja estamos ahora en proceso de inversión para una nueva generación de lavadoras. Creo que a final de 2018 podremos ponerlas en el mercado. Y por el lado logístico, el almacén de Plaza lo estamos ampliando.

¿La industria 4.0 supondrá un recorte de puestos de trabajo?

Sí, recortará empleo y es un tema que me preocupa profundamente. Aquel que no tenga ninguna especialidad concreta para el trabajo no tendrá ninguna oportunidad en sectores como el nuestro o el del automóvil dentro de diez años. ¿En qué medida la población va entendiendo esto? ¿En qué medida se forman adecuadamente los jóvenes? Tengo mis dudas. De ahí nuestros esfuerzos con la Universidad y con la formación profesional dual. En otras revoluciones industriales la industria ha sido capaz de absorber enormes flujos de gente, pero la nueva industria no podrá aceptar a gente que no sepa nada y este es el gran cambio.

¿Piensa que hay poca gente preparada en nuevas tecnologías?

No es tan fácil encontrar gente que sepa de software o de interconexiones de sistemas. Hay muchísimos jóvenes, a los que llaman ‘ninis’, que no se están preparando y a los que la posesión de un título más o menos esforzado no les va a resultar suficiente y ya no quiero hablar de idiomas. Pienso que a la velocidad que van los cambios, toda una vida profesional será una vida de aprendizaje y todo aquel que no entienda eso, está acabado.