José Luis Bonet: "España ha llegado tarde a casi todo y lo que hacemos es recuperar terreno"

Para el presidente de la Cámara de España, las Cámaras son un instrumento vital para las pymes y considera que las administraciones han de ayudarlas.

Bonet, ayer en Zaragoza, donde se reunió con los presidentes de las Cámaras aragonesas.
Bonet, ayer en Zaragoza, donde se reunió con los presidentes de las Cámaras aragonesas.
Aránzazu Navarro

¿Cómo ve las Cámaras españolas? ¿Han salido ya del bache?

Por un lado sí y por otro, no. Todas están vivas, pero algunas no han llegado todavía al equilibrio, otras sí. Hay de todo: Cámaras que ya se sostienen por sí mismas y otras que están cruzando aún la travesía del desierto a la que les condenó el decreto del Gobierno de Zapatero de 2010, que fue un error porque una cosa es poner orden y otra, en fin, liquidar unos instrumentos que son buenos para el país y que ahora están en periodo de refundación.

En 2014 se hizo una ley de cámaras que regula su funcionamiento pero no su financiación. ¿Cómo podrán salir adelante?

Simplemente siendo útiles. Lo que introduce la nueva ley es el principio de utilidad, es decir, si el instrumento es útil, tiene derecho a la vida y si no, no. Y en conjunto, está muy claro que es útil y en consecuencia, no tengo duda sobre el futuro del sistema cameral español porque es una marca universal, está en todos los países, es la genuina representación empresarial y, por tanto, es una necesidad del sistema.

Pero insisto, ¿no haría falta que los presupuestos incluyesen una partida anual para financiarlas?

Es evidente que hay unas funciones de tipo público administrativo que tienen que ser compensadas y esto ya se está produciendo, lo cual no tiene nada qué ver con el antiguo recurso cameral permanente que tenían, y luego están los servicios que realmente prestan que son voluntariamente compensados desde el mundo empresarial de una manera directa. Pienso que en la situación actual de España, las Cámaras son un instrumento absolutamente vital para las pymes y para todas las empresas en internacionalización y mejora de la competitividad.

¿Y el Gobierno tiene claro que son imprescindibles?

Sí, lo tiene muy claro y de ahí su apoyo a las Cámaras y por eso, la ley de 2014. Se está viendo que ese el camino. Y sí, creo que sería interesante que se contemplara una partida anual, pero a mi me da igual que se recoja en una administración o en otra. Estamos en un Estado de las autonomías. Lo importante es que haya la compensación justa de los servicios que las Cámaras prestan y a partir de ahí, no es una, no, sino todas las administraciones públicas las que tienen que considerar eso y ayudar.

¿Cómo ve las Cámaras de Aragón? ¿Cree que han sabido adaptarse a la nueva situación?

Creo que prestando servicio a las empresas las Cámaras serán sostenibles y, por tanto, hay que trabajar en esta dirección, servicio a las empresas y la sociedad.

Pero la Cámara de Zaragoza sigue inmersa en un plan de ajuste

Sí, piense que todas las cámaras han estado en procesos de ajuste. Tenga en cuenta que el decreto de 2010 las condenó a la desaparición y se han tenido que rehacer y lo están haciendo todas.

¿Piensa que las Cámaras, pese a sus dificultades económicas, son hoy más necesarias que nunca?

Claro, piense que como organismo intermedio que es la Cámara de Comercio de España, desde ahí hay una canalización de más de 400 millones, de 2014 a 2020, que se desparraman por toda la capilaridad de la red cameral para apoyar la internacionalización y la mejora de la competitividad en las empresas y, sobre todo, las pymes. Estamos además potenciando la formación profesional dual y todo el programa PICE, fundamental para hacer de engarce entre la universidad y la empresa. Luego está el capital tecnológico para apoyar la nueva revolución que es la digitalización y, por último, el capital comercial que es lo que a España le interesa. Está muy bien vender fuera pero hay que vender con valor añadido y eso supone redes comerciales, marca y por ahí va nuestro trabajo. Estamos en que el sistema cameral se haga fuerte para ayudar a las empresas.

En exportación, ¿España ocupa el lugar que por peso económico le corresponde o ha de crecer más?

Mire, España ha llegado tarde a casi todo y, por tanto, lo que estamos haciendo es recuperar terreno. ¿Podemos? Claro que podemos y lo estamos haciendo. No es fácil y hay que quitarse el sombrero delante de estos empresarios que están saliendo. Evidentemente, vienen de una crisis durísima donde han visto con claridad que o se adaptan a la globalización o no están.

Bueno, en su caso, como presidente de Freixenet no llegó tarde. Llevan años exportando

A veces me he preguntado por qué me han pedido que me haga cargo de este movimiento cameral. Justamente pienso que es por lo que he hecho en la vida. Freixenet ¿qué ha sido? Internacionalización con marca a partir de la calidad, la mejora de sus propias competitividades, etc. Pues esto es lo que hay que hacer y lo que he hecho allí donde he ido a parar como a la Fira de Barcelona, que dicho sea de paso, es la que ha aguantado la crisis con mucho éxito y sigue en récord histórico porque ha internacionalizado. Es lo que planteamos unos cuantos empresarios y yo era uno de ellos en el año 1998 o 1999, cuando creamos el foro de marcas renombradas españolas.

¿Y piensa repetir mandato? Lo digo porque en octubre deberían abrirse los procesos electorales camerales, ¿no?

Lo ideal sería que todas lo pudieran hacer este año. En cuanto a mí, es prematuro decirlo. Tengo una misión para cuatro años. Sobre el futuro Dios dirá, no lo sé.

¿Cree que las magníficas relaciones entre Cataluña y Aragón pueden verse enturbiadas por la cuestión independentista?

Los empresarios están preocupados, es lógico, pero creo que Cataluña seguirá siendo una parte esencial de España. Si bien, para eso hay que hablar mucho, convencer a la gente y decirle: oiga separarse no le conviene a usted ni a nadie sino que hay que ir juntos.

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