Tata Hitachi Construction cierra la fábrica de hormigoneras zaragozana Serviplem

La empresa negociará desde hoy el finiquito de los 46 trabajadores que quedan.

Modelo de hormigonera presentado por Serviplem-Baryval en 2007.
Tata Hitachi Construction cierra la fábrica de hormigoneras zaragozana Serviplem
María Torres-Solanot/Heraldo

Serviplem-Baryval, fabricante de hormigoneras aragonés que inició su andadura en 1968 y que fue adquirido en 2008 por Telcon, filial del grupo indio Tata, echará el cierre en breve después de registrar varios años seguidos en pérdidas. Fuentes de la compañía confirmaron ayer el próximo fin de la actividad de la planta de Malpica, donde aún se producen hormigoneras, semirremolques y cisternas, y el inicio de negociaciones –hoy– con representantes de los 46 trabajadores que aún quedan en la empresa después de los sucesivos ajustes realizados en los últimos años.


Tata Hitachi Construction, ‘joint-venture’ entre el grupo indio y la multinacional japonesa que es la actual propietaria de la empresa zaragozana (ahora con capital mayoritario japonés), acordó la disolución de ésta tras decidir que el hormigón dejaba de ser una de sus prioridades de negocio y constatar que la demanda del sector no se reactivaba lo suficiente después de la severa crisis de la construcción.


La noticia del cierre fue comunicada a los trabajadores el pasado 3 de noviembre, indicando que la decisión obedece a razones económicas y que ahora se procederá a realizar los trámites necesarios para llevar adelante un despido colectivo que dará lugar a la extinción de toda la plantilla, según fuentes sindicales, que señalaron que ahora intentarán "negociar las mejores condiciones posibles" para los empleados. Entre estos hay muchos con una antigüedad de entre 15 y 20 años.


Desde la dirección de la empresa aragonesa se indicó que en la planta se seguirá trabajando en los próximos días para cumplir con los pedidos que están pendientes y se recalcó que confían en llevar a acabo una liquidación ordenada, sin concurso de acreedores, con indemnizaciones adecuadas e intentando enajenar activos de la mejor manera posible.


En Serviplem-Baryval trabajaban en 2007 unas 350 personas. Cuando se vendió a Telcon la actividad ya se había reducido, pero la plantilla aún contaba con unos 300 empleados. El declive ya comenzó a partir de entonces, en 2008, con el inicio de una gravísima crisis en la construcción que arrastró a otros muchos sectores de la economía.


Los expedientes de regulación de empleo (ERE) han sido una constante en Serviplem desde el mismo año 2008, muchos de ellos de suspensión de empleo y, después, tras constatarse que la situación no mejoraba, de extinción. Así se ha pasado de los cerca de 300 empleos en el momento de la venta a Telcon (entonces con Tata mayoritaria) hasta los 46 trabajadores que quedan en la actualidad. En la empresa se confía en que del mismo modo que se han ido recolocando los que se fueron, los que ahora pierdan su puesto de trabajo obtengan uno nuevo, ya que se trata de personal muy bien preparado, si bien mantener el mismo sueldo y las prestaciones derivadas de su antigüedad no serán las mismas.

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