El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, ha asegurado que aunque la excelencia definitiva no existe, ya que es un camino o un propósito, es un objetivo que hay que exigir no solo a las empresas, sino en todos los ámbitos de la vida pública e institucional.

Y hay que hacerlo, ha dicho durante su intervención en el XIII Foro Aragón Empresa, en un momento en el que la sociedad está abocada a un dilema definitivo.

"O nos sumimos en la catástrofe más absoluta o aprovechamos las ventajas del mundo de la globalización para mejorar nuestra convivencia y el mundo en el que vivimos", ha apuntado.

El Palacio de Congresos de Zaragoza acoge este foro, en el que se entregan los premios de la excelencia empresarial, organizados por el Instituto Aragonés de Fomento (IAF) que en esta edición cumplen veinte años, con la entrega de un premio de honor por este vigésimo aniversario a General Motors.

El objetivo de estos premios, ha dicho, es mostrar caminos al mundo empresarial y a la sociedad en general a través de la ejemplaridad de quienes hacen bien las cosas, como las empresas hoy premiadas.

En este sentido, ha mostrado su satisfacción por que la responsabilidad social corporativa haya sido un valor destacado de los incluidos en el acuerdo social firmado por la patronal y los sindicatos, en la línea de lo que se propone su administración: que las empresas que se atengan "con pulcritud" a los postulados de la RSC obtengan ventajas a la hora de concurrir a contratos públicos

El presidente aragonés, además, ha reconocido ante el auditorio, formado entre otras personas por representantes de las compañías premiadas durante estos veinte años, que la economía española actual, en términos nominales, arroja índices que sirven para situarse en "estados de ánimo excesivamente optimistas".

Este optimismo generado por niveles de crecimiento por encima del tres por ciento se ve a su juicio "atenuado" cuando se comprueba que este incremento de la riqueza "se reparte de una forma muy desigual entre el capital y el trabajo" y la mala calidad del empleo que se está creando.

Para Lambán, la desigualdad es "profundamente ineficiente" desde el punto de vista ético o democrático, pero también económico.

Por eso, en un foro en el que se premia y se habla de excelencia, son "particularmente ejemplares" aquellas empresas que compiten creando empleo de calidad, que respetan el medio ambiente y los derechos de los ciudadano.

Finalmente, se ha mostrado "francamente orgulloso" de los trabajadores, las pymes y las grandes empresas de la comunidad, al comprobar que estos valores son "prevalentes y definitorios" de su actividad.