¿Cobraremos la pensión?

El Pacto de Toledo empieza a preparar la futura reforma de las pensiones. ¿Cómo asumir una población cada vez más envejecida si se mantienen el desempleo y los bajos salarios?

La brecha salarial entre hombres y mujeres es del 25%, casi el 40% en las pensiones
¿Cobraremos la pensión?

Apenas han pasado dos semanas desde la formación del nuevo Gobierno y el Ministerio de Empleo ya trabaja en la que se prevé será la gran reforma de la legislatura: las pensiones. Con la famosa hucha casi vacía, el creciente número de jubilados y la falta de ingresos debido al desempleo y los bajos salarios se prevé un agujero de 18.000 millones de euros en la Seguridad Social al acabar este año. Y las previsiones, muy pesimistas, del Instituto Nacional de Estadística (INE) respecto a la demografía española en los próximos 30-50 años llevan a muchos ciudadanos a formularse la misma pregunta: ¿llegaremos a cobrar nuestra pensión? "Es urgente abordar el tema, estamos ya al límite y se necesita el máximo consenso y generosidad política y social en este asunto", destaca Luis Ferruz Agudo, catedrático de Finanzas de la Universidad de Zaragoza.


Respecto a las jubilaciones a medio y largo plazo parece no haber noticia buena: según el informe ‘El futuro de las pensiones en España’, realizado por los profesores Javier Díaz Giménez y Julián Díaz Saavedra, se prevé que las cuantías bajen hasta un 30% antes de 2050, si se tiene en cuenta la evolución demográfica del INE, la inflación acumulada del 2% y un crecimiento sostenido del 2% del PIB en España.


Aragón destina 4.000 millones al año para cubrir estas nóminas, que reciben unos 300.000 pensionistas. Una cifra que podría duplicarse en las próximas décadas, con menos jóvenes que puedan afrontar ese gasto. Si ahora hay solo tres trabajadores por cada jubilado, en 30 años esa cifra se reduciría a dos, mientras la pirámide invertida se hace más y más pesada: habrá un 40% menos de treintañeros, un 35% menos de niños. La población mayor de 65 años, que actualmente es del 20%, superará el 35%. "Y con esos datos es fácil ver el vaso medio vacío. Aragón carece de renovación natural, no hemos hecho nuestros deberes, hemos puesto trabas a la mujer trabajadora, carecemos de una política de conciliación familiar y hemos dejado que los gastos del hogar se incrementen, de manera que una pareja para poder afrontarlos solo puede tener un hijo", resume el geógrafo Ángel Pueyo, del Grupo de Estudio en Ordenación del Territorio (GEOT), de la Universidad de Zaragoza.


"A diferencia de otros países, sobre todo los nórdicos, donde se han dado facilidades, permisos y ayudas a madres y padres, y la sociedad ha comprendido que para que haya un relevo se deben dar facilidades, aquí en Aragón y en el resto de España seguimos sin una política adecuada. Hace unos años se produjo un respiro, gracias a los millones de inmigrantes que llegaron a España, y que hicieron aumentar la tasa de natalidad, pero la crisis los ha hecho regresar a sus países. De haber un relevo, debe darse de manera natural y no depender de la inmigración".Un déficit creciente


Según destaca el catedrático Luis Ferruz, "desde 2011 el déficit de la Seguridad Social es permanente y creciente, pasando de algo menos de 500 millones de euros a los pasados déficits en 2014 (de 14.000 millones) y 2015 (de 17.000 millones). En consecuencia, desde 2012 se ha recurrido sistemáticamente a la llamada ‘hucha de las pensiones’ para cubrir esos déficits. Actualmente solo quedan algo más de 25.000 millones, por lo que de continuar esta tendencia solo queda dinero para pagar las tres pagas extras de los pensionistas: la de Navidad de este año y las dos de 2017".


No ha sido una sorpresa, desde hace años los analistas advierten de la insostenibilidad del sistema. Con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tuvo lugar en 2011 la primera reforma: se retrasó progresivamente la edad de jubilación, de los 65 años a los 67 años en 2027. Además, antes de 2022 se contabilizarán los últimos 25 años de cotización para calcular la cuantía de la pensión. El Gobierno de Mariano Rajoy incluyó la fórmula de sostenibilidad: un 1% de mejora de la esperanza de vida supondrá un ajuste del 1% en la pensión.


"Se trabaja en nuevos modelos porque es evidente que cada vez vamos a vivir más años. Si a principios de siglo la esperanza de vida era de 33 años, en los años setenta se elevó a 70. De media, una persona recibía su pensión unos seis años. Pero ahora hemos superado los 80 años, y eso supone cobrar la pensión durante 15. De cumplirse las previsiones del INE, llegaremos a los 90 años de media, y un aragonés puede llegar a cobrar la pensión 25 o 30 años. ¿Cómo se puede sostener?".

El vaso medio lleno


Luis Ferruz destaca que "los déficits se producen como consecuencia de que los ingresos son menores que los gastos. Y todos estamos de acuerdo en que no queremos reducir los gastos, así que habrá que aumentar los ingresos. Las líneas básicas son claras y la fundamental es crear empleo. Pero que sea estable, de calidad y bien remunerado. Y se consigue favoreciendo el consumo interno, dando facilidades a la creación de empresas, invirtiendo en estructuras productivas, atrayendo la inversión extranjera, subiendo salarios...


Y Ángel Pueyo también se resiste a dejarse llevar por la tendencia derrotista. "Aunque suele hacerse, no se debe pensar en las pensiones como gasto en sí ni se ha de ver esa larga esperanza de vida como un problema. Una pensión es una inversión estratégica, porque los mayores trasvasan ese dinero ayudando a sus hijos y a sus nietos, con un gasto muy especializado y de gran valor que genera riqueza. Y tener una población sana que supera en esperanza de vida a la anterior es un logro. Ninguno queremos que nuestros abuelos fallezcan jóvenes o que lo hagan nuestros padres. Tampoco nosotros queremos dejar este mundo al cumplir los 70. Así que en lugar de ver el vaso medio vacío, lo mejor es ser proactivos y verlo medio lleno".


Pueyo destaca que "está bien ajustar el sistema y prepararse: cambiar de políticas y favorecer la natalidad, y sobre todo hacer un sistema más eficiente: en los sesenta había muchos jóvenes por cada jubilado, pero las pensiones eran irrisorias. Ahora hay muchos menos jóvenes y son las más altas de la historia. Y eso se ha logrado gracias a la eficiencia. Hay que trabajar en esa dirección, conseguir que con menos relevo se pueda sostener la pirámide. Y hay propuestas muy novedosas, por ejemplo que una empresa que sustituye a un trabajador por un robot esté obligada a cotizar a la Seguridad Social". Y Ferruz añade que "no queda más remedio que utilizar fuentes de financiación adicionales a las cuotas sociales que pagan trabajadores y empresarios. Por ejemplo, la financiación del sistema mediante impuestos progresivos. Y asegurar las pensiones de viudedad y orfandad fuera del sistema de pensiones. Y sería conveniente revisar o incluso eliminar las tarifas planas de cotización. Pero hay que abordar el tema ya".

Cómo llegar preparados


Elaborar un plan de ahorro adecuado

Ángel Pueyo aconseja no llegar a la edad de jubilación con los bolsillos vacíos. "Es cierto que habrá dificultades, de una manera u otra. Y puede ser que nos encontremos con una pensión baja. Así que lo ideal sería ir ahorrando poco a poco, año tras año, para tener un poco de dinero en la cuenta. Es cierto que ahora mismo ahorrar es muy difícil, así que como mínimo hemos de llegar a la jubilación sin deudas: con la casa pagada, sin un crédito para un coche... Esos cientos de euros pueden marcar una diferencia. En general conviene ser prudente con las finanzas a lo largo de toda la vida, porque hemos pasado una etapa de grandes histerias, de hipotecas enormes y créditos fáciles y todos sabemos lo que nos puede pasar después".


Ahorrar cada mes, pero con sentido

Si un cotizante ha estado en activo durante 45 años y quiere disponer durante los 25 años siguientes de un complemento a su pensión ha de ahorrar al menos un 25% del sueldo. Así, una persona que cobre mil euros al mes, que empiece a trabajar a los 25 años y se retire a los 70, deberá haber ahorrado 250 euros mensuales para disponer de un extra del 60% de su sueldo al llegar a la jubilación.

Parecen números imposibles de conseguir, y eso se debe a que están calculados con un ahorro sin ningún tipo de beneficio. Es decir, con el dinero en una cuenta bancaria. Pero si se añade un interés, el esfuerzo es menor: si se logra un 1% de rentabilidad, habría que ahorrar el 20%. Con un 4%, solo sería necesario reservar un 11% del sueldo.


Algo más que un bolsillo lleno de dinero

El experto en población Ángel Pueyo destaca que "llegar con las alforjas llenas no siempre significa tener muchos billetes en el banco. También tenemos que llegar a la vejez ricos en recursos sociales: buenos amigos, familia cercana, acostumbrados a colaborar y a compartir. Ahora mismo con la crisis estamos viendo lo importante que es la familia, cómo un abuelo ayuda a su hijo, a su nieto... Cuidamos más los unos de los otros. Y eso tenemos que llevar a nuestra jubilación, y será más importante que un plan de pensiones. Porque si necesitamos algo, un vecino o un amigo nos lo puede proporcionar. A cambio, nosotros estaremos ahí para ayudarles si lo necesitan. Así era antes la vida en los pueblos, cuando las pensiones eran muy bajas. Y se vivía bien".

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