Desde el año pasado preside Tradime Aragón, la asociación de los transportistas autónomos que cuenta con 700 asociados y más de 2.000 camiones. ¿Están más tranquilos con la bajada de precios del petróleo?

Los precios del combustible nos están dando un respiro. Al final el carburante supone un 40% de nuestros costes y si baja esa partida mejoran nuestros resultados.

No estarán tan contentos con el impuesto sobre hidrocarburos implantado por Aragón...

El céntimo sanitario está siendo un impedimento aunque nos lo están devolviendo a casi todos los profesionales ya que solo un 30%-35% de nuestros transportistas están excluidos de la devolución del impuesto.

¿Qué se plantean hacer?

Hemos estado en la plataforma que se organizó en contra del impuesto y que ha demostrado numéricamente que al Gobierno de Aragón le cuesta dinero aplicar el céntimo sanitario porque al final el consumo en la Comunidad ha descendido, con lo cual la parte de impuestos nacionales que revierten sobre las comunidades autónomas es negativa.

¿Cuáles son los retos del sector hoy en día?

Lo que en estos momentos preocupa al transporte es el ‘dumping’ social. De momento, solo nos está afectando a determinados sectores, pero amenaza con ser un problema general. Nuestra principal amenaza es la llegada de empresas europeas, bajo el manto de la UE, como el caso de las empresas rumanas y búlgaras, que están operando en nuestro país con los costes sociales y empresariales que tiene una empresa allí. Esto hace que un trabajador español tenga un coste empresarial casi diez veces mayor que en esos países. Nos estamos encontrando con compañeros que están conduciendo un camión y están cobrando el 10% de lo que estamos cobrando aquí.

¿Cuál es la diferencia en euros?

Estamos hablando de que aquí un conductor, en cuanto al coste para la empresa a convenio, es de 2.500 euros mínimo. Un coste para la empresa en uno de estos países es de 250 euros.

¿Cómo pueden luchar contra esta competencia desleal?

Es un tema de inspección de Trabajo y de inspección fiscal. Al final tenemos empresas operando en España que pagan sus impuestos en terceros países. No hay una regulación a nivel europea, pero hay países como Alemania, Francia e Italia que se han puesto manos a la obra para tratar de atajar el problema.

¿Qué han hecho estos países?

Lo último ha sido la ley Macron en Francia que obliga a certificar que los trabajadores de empresas extranjeras que operen en Francia tengan las mismas condiciones salariales que el sueldo mínimo francés. La desigualdad que se está generando en España, en Francia la han limitado.

El problema ya existía, ¿por qué ahora es más grave?

Empezó hace unos años primero con la contratación de conductores a muy bajo coste, luego se convirtieron en autónomos pero dentro de España y desde hace dos o tres años fueron las grandes empresas españolas las que fueron a Rumanía y se domiciliaron allí. El problema es que se ha vuelto en su contra y ahora son los propios rumanos o búlgaros los que están viniendo directamente. Además es un problema de seguridad vial, porque estamos hablando de gente que está metida en el camión jornadas interminables. No se descansa. Y el 22% del transporte internacional que se realiza de España para afuera ya lo hacen empresas rumanas.

¿Se puede resolver con una normativa comunitaria?

Europa tiene sus dificultades porque no puede legislar en contra de países miembros, pero Alemania, Francia e Italia se han concienciado y ya están legislando.

¿Se trata del problema más grave de los que ha afrontado el sector en la UE, donde ya ha habido tensiones como las tasas por cruzar algunos países con la Euroviñeta?

Todos son problemas pero para nuestro socio mayoritariamente su principal problema es este. Tenemos también un problema de párquines en Zaragoza porque hay muchísimos camiones y no hay sitios donde aparcarlos. Además, hay un gran intrusismo profesional.

El sector está considerado como un termómetro de la economía. ¿Nota que se recupera?

Yo creo que la inestabilidad política que hay en nuestro país ahora hace que estemos en una tensa y calma expectantes a ver qué puede pasar. Es un sector que está en recuperación, pero estamos a la espera.