​Banca Monte dei Paschi saca el peor resultado en los test de estrés de la EBA

Su ratio de capital básico CET1 se situaba en el -2,2% en el peor escenario previsto para 2018.

Banca Monte dei Paschi di Siena, el banco en activo más antiguo del mundo, ha sido la entidad con peor resultado en el examen al que la Autoridad Bancaria Europea (EBA) ha sometido a 51 entidades europeas, puesto que su ratio de capital básico CET1 se situaba en el -2,2% en el peor escenario previsto para 2018 o del -2,4% en el caso de aplicar completamente los criterios de Basilea III ('fully loaded').


El resto de los bancos examinados por la EBA han logrado superar el escenario más adverso planteado por la autoridad bancaria, que no había fijado un nivel mínimo de capital para aprobar los test de estrés, aunque el mercado considera como referencia para superar el examen un mínimo del 5,5% del nivel de capital de máxima calidad CET1, semejante al que se empleó en las pruebas de resistencia realizadas a finales de 2014.


Precisamente, Monte dei Paschi anunciaba minutos antes de conocerse el resultado de las pruebas de esfuerzo que el Banco Central Europeo (BCE) había dado su visto bueno a un plan de recapitalización por importe de 5.000 millones de euros con el que la entidad toscana pretende asegurar su viabilidad.


Junto al banco italiano, otras entidades con algún apuro a la hora de superar las pruebas han sido el irlandés Allied Irish Banks, con una ratio CET1 del 7,4% en el peor escenario previsto para 2018, mientras que 'fully loaded' bajaba al 4,3%.


Por su parte, el banco austriaco Raiffeisen-Landesbanken lograba alcanzar una ratio de capital del 6,1% en 2018 tanto a nivel CET1 como 'fully loaded'.


Por el contrario, los bancos con mejores notas en las pruebas han sido el alemán NRW, con una ratio del 35,4% en ambos casos y el sueco Swedbank, con una ratio CET1 del 22,3% en el peor escenario previsto para 2018 por la EBA, que pasaría a ser del 23,1% en caso de aplicar completamente los criterios de Basilea III.


En su escenario adverso, la EBA contemplaba cuatro riesgos sistémicos, incluyendo una brusca subida de las primas de riesgo con baja liquidez en los mercados secundarios, unas débiles perspectivas de rentabilidad para bancos y aseguradoras, así como un aumento de la percepción del riesgo para la sostenibilidad de la deuda y tensiones en el creciente segmento de la banca en la sombra.


Asimismo, también se incluía un 'shock' de los precios inmobiliarios, así como en el tipo de cambio aplicado a las monedas del Centro y Este de Europa, aunque no haya tenido en cuenta eventos como el 'brexit'.


De este modo, la combinación de estos factores negativos implicaba en el ejercicio una desviación del PIB de la UE contemplado en el escenario base del 3,1% en 2016, el 6,3% en 2017 y el 7,1% en 2018, mientras que el crecimiento acumulado previsto para economías avanzadas como EE. UU. y Japón sería entre un 2,5% y un 4,6% inferior al que alcanzarían en el escenario base en 2018.

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