La huerta aragonesa, campo de prueba de nuevos plásticos biodegradables

Aitiip Centro Tecnológico instala sus innovadores ‘films’ sobre cultivos de tomate, pimiento y pepino.

Se conoce con el nombre de ‘mulching’ y se trata de una práctica agraria que consiste en instalar una fina capa de plástico sobre la tierra en la que se realiza un pequeño agujero donde se planta el cultivo. Una técnica que evita la pérdida de agua y el crecimiento de malas hierbas, pero lleva implícitos una serie de inconvenientes derivados esencialmente de las dificultades que supone su complicado reciclaje.


Para solucionar este problema sin dejar sin aportar beneficios a los agricultores, el centro tecnológico Aitiip lleva coordinando desde hace seis meses un proyecto de nombre Life+Multibiosol que incluye el desarrollo de plásticos biodegradables para su aplicación en la agricultura. Y la huerta aragonesa va a ser su campo de pruebas. Así, este innovador ‘mulching’ se ha instalado ya sobre una superficie cercana a los mil metros ocupada por cultivos de tomate, pimiento y pepino y situada en el término municipal de Zaragoza. Sobre ellos se ha desplegado 18 rollos de este ´film´, que tiene un grosor aproximado de 20 micras.


El objetivo es comprobar su resistencia, su biodegradabilidad y sus efectos sobre la planta y la tierra. Para ello se cuenta con la colaboración de la Estación Experimental de Aula Dei y el Parque Científico Tecnológico de Aula DEI, socios del proyecto, en el que también participa Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, que son los encargados de controlar el antes y el después de los parámetros del cultivo y del suelo.

Con oligoelementos

Dichos plásticos, para cuyo desarrollo se han realizado pruebas con hasta 10 materiales distintos, tienen como ventaja esencial que sus elementos químicos pueden descomponerse por la acción de agentes biológicos (plantas, animales, microorganismos y hongos) bajo condiciones ambientales naturales. Es decir, "una vez que se ha cosechado la planta o el fruto no es necesario retirarlo. Él mismo se degrada en el suelo", explican la coordinadora del proyecto Multibiosol, Carolina Peñalva, y el técnico de I+D de Aitiip, José Andrés López.


No es, sin embargo, su única cualidad. Este nuevo material contiene oligoelementos que contribuyen a mejorar el suelo y las plantas, a las que aportan mayor vigor. De este modo, señala López, este ‘mulching’ cumple tres objetivos. Por un lado, dicho plástico retiene el agua y evita la evaporación, por lo que supone un ahorro en riego. Además, impide el nacimiento de malas hierbas por lo que también se reduce el coste en herbicidas y además, como se transforma en compostaje, no es necesario el sobrecoste que supone su retirada por un empresa especializa en el reciclaje de estos materiales. "Es cómodo, ecológico y útil", resume Peñalva.


Dentro de este proyecto, que se prolongará hasta diciembre de 2018, Aitiip trabajan también en plásticos y grapas biodegradables para el embolsado de la fruta.

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