Alibérico confirma la creación de otro centenar de empleos en Iberfoil, en Sabiñánigo

Clemente Gónzalez Soler, presidente del grupo Alibérico, y de Iberfoil, la antigua Inasa Foil de Sabiñánigo adquirida en julio de 2014, confirmó la creación de un centenar de empleos más a lo largo del próximo año. Como adelantó en noviembre pasado a Heraldo, gracias a una inversión de 15 millones de euros que ya se está ejecutando, se podrá doblar la plantilla. Pese al gran esfuerzo en formación, ya que cuesta año y medio preparar a los trabajadores, se seguirá apostando por esta industria dados los buenos resultados obtenidos en 2015, con 32 millones de facturación que espera elevar hasta los 45 millones. 

El veterano empresario, que participó en la jornada ‘Un futuro industrial para Aragón’ organizada por el diario ‘El economista’ en Ibercaja-Patio de la Infanta, destacó que el peso de la industria en Aragón está cuatro puntos por encima de la media española y que es este sector por el que han apostado países tan fuertes como Alemania o Reino Unido clave para asegurar el futuro y más en tiempos de crisis. “Lamentablemente España en los años 70 sufrió un proceso de desindustrialización acelerado, que ha sido negativo, pero hay que mirar hacia adelante y aprovechar las grandes oportunidades que se presentan siempre que seamos capaces de acometer una reestructuración del modelo educativo para que se adapte a las necesidades de las empresas recuperando la denostada Formación Profesional y de diseñar una política industrial para los próximos 25 años que solucione el problema de la factura energética que nos resta competitividad y así como la mejora de las infraestructuras”.

En esta jornada, inaugurada por Amado Franco, presidente de Ibercaja Banco, participó también Fernando de Yarza, consejero director del grupo Heraldo, que insistió también en la necesidad de que se rebaje el precio de la energía y mejoren las comunicaciones, sobre todo haciendo realidad la Travesía Central por el Pirineo (TCP), para crear un entorno más favorable a la empresa. “Nuestra mayor amenaza es la transformación digital. Si no nos subimos a ese tren, tenemos poco que hacer”, dijo, subrayando el enorme trabajo realizado por reconvertir un negocio tradicional para adaptarlo a los nuevos tiempos.

“Lo hemos hecho sin ERE y multiplicando por cinco la plantilla. Además, hemos creado, a partir de una ‘spin off’ una empresa Hiberus Tecnología que va muy bien”. También, se refirió a la apuesta ya consolidada por crear la mayor productora audiovisual de España y la compra del diario ‘20 minutos’ que ha logrado que por ejemplo, grupo Heraldo “sea líder en México como el portal de noticias más visto por los atentados de París”.

Por su parte, Fernando Lacasa, secretario del consejo de Administración de Chocolates Lacasa, aseguró que no queda otra que “adaptarse o morir” y basándose en el libro de Luis Germán “Grandes empresarios aragonces’ constató que de los cien proyectos que nombra, entre ellos el de su madre que aparece como única mujer empresaria, quedan 15. “Algunos han pasado a ser multinacionales, otros han sido comprados y otros muchos se han extinguido, por lo que habrá que pensar que en el futuro va a seguir pasando lo mismo de y las 100 empresas que estamos, quedaremos quince”, señaló.

La única forma de asegurar la supervivencia es la innovación tecnológica. Y parafraseando al expresidente de Telefónica César Alierta de que “no podemos imaginar cómo será el 80% de las empresas dentro de 30 años”, incidió en que hay que estar preparado ya que “la innovación marcará la selección de las empresas del futuro en Aragón”.

Otro de los ponentes, Manuel Teruel, presidente de Taim Weser, destacó también la necesidad de adaptarse a los cambios para sobrevivir y puso el ejemplo de su propia empresa que en los años 80 se vió afectada por las tremendas huelgas del carbón en Reino Unido, principal sector para el que trabajaban entonces y que tuvo que reconvertirse en fabricante de grúas aeroportuarias siendo Cuba su primer cliente y hasta el día de hoy en que exportan a todo el mundo y han conseguido un contrato para hacer las grúas de desmontaje de centrales nucleares como en el caso de Chernobil, en un proyecto internacional en que seguramente les adjudiquen también las de Francia, Estados Unidos y Reino Unido.