El futuro de la industria en Aragón tiene grandes fortalezas, pero se enfrenta asimismo a importantes retos que ha de superar para mantener su papel de motor de la economía, como son el coste energético, el pequeño tamaño de sus empresas, la ciberseguridad o el riesgo de la deslocalización.

Así se ha puesto de manifiesto en la jornada empresarial 'Un futuro industrial para Aragón', que se desarrolla en la sede de Ibercaja de Zaragoza organizada por el diario 'El Economista' y que tiene como objetivo analizar los aspectos más relevantes de la industria aragonesa, además de poner en valor un sector que crea riqueza y, por lo tanto, empleo más estable y mejor pagado, ha asegurado el director de elEconomista.es, Amador Ayora.

Antes del acto inaugural de la jornada, el presidente de CEOE Aragón, Fernando Callizo, ha recordado que el sector industrial representa el 20 por ciento del PIB aragonés (cinco puntos más que la media española) y es el que más recursos destina a la innovación.

Sin embargo las políticas europeas de impulso al sector "no han sido las más acertadas", ha reconocido, y eso se une a otros problemas a los que se enfrentan las empresas, uno de los más importantes el mix energético y el coste de la energía.

Pero también al pequeño tamaño de sus industrias, puesto que el 90 por ciento de ellas son pymes, con lo que es necesario que incrementen su tamaño para tener capacidad de trabajar y hacer proyectos conjuntos en una economía de escala, según Callizo.

Todo para conseguir una mayor estabilidad en el empleo, en tanto en cuanto, ha reconocido, es la propia viabilidad de las empresas la que fija los puestos de trabajo en un momento "muy competitivo".

La consejera de Economía, Marta Gastón, ha sido la encargada de inaugurar las jornadas que analizan el futuro de un sector, ha dicho, "potente, competitivo, innovador e internacionalizado" y que ejerce un "efecto tractor" sobre el resto de la economía, puesto que facilita la implantación de empresas complementarias que ayudan a vertebrar el territorio.

Los riesgos a los que se enfrenta, ha coincidido la consejera, pasan por la seguridad informática, las tentaciones de deslocalización en búsqueda de menores costes de producción, la reducción de la demanda en los países emergentes o el coste de la electricidad (sobre todo comparada con el precio en países vecinos, como Francia), todos ellos factores comunes a todas las comunidades autónomas.

Pero la consejera también ha puesto en valor las fortalezas y potencialidades que ofrece Aragón para la atracción de nuevas inversiones.

La más importante, la posición geoestratégica de una comunidad en la que se radica el 38 por ciento de la superficie logística de España y que genera 32.000 puestos de trabajo directos relacionados con ello.

Aunque Aragón dispone de buenas e importantes infraestructuras, la consejera ha reconocido carencias relacionadas con las conexiones con Valencia y el noroeste español y con Francia (tanto ferroviarias como carreteras).

Por otro lado, es la comunidad española en la que se registran más patentes per cápita, sobre todo en un sector, el de la automoción, que está liderado por General Motors y en el que trabajan más de 350 empresas que dedican 220.000 metros cuadrados en total a la I+D+i.

El capital humano es otra de las fortalezas del sector industrial, según Gastón, quien resaltado el papel de la Universidad de Zaragoza en la formación de este personal y en su colaboración con el tejido empresarial, que está decidida a duplicar.

El papel de los clústeres y la baja conflictividad laboral son otras de las potencialidades de la industria en Aragón, ha añadido.

Asumiendo la responsabilidad que tienen las administraciones públicas en la fijación de estas empresas, y por lo tanto del empleo, Gastón ha insistido en que no se puede permitir que ningún proyecto empresarial abandone esta tierra "por dejadez institucional".

Por eso, ha asumido un compromiso, que va más allá de los presupuestos que se destinen a apoyar el sector, y que pasa por potenciar el acompañamiento a las empresas y la escucha activa, así como por facilitar el entorno eliminando trabas burocráticas y administrativas.

En este sentido, el presidente de Alibérico, Clemente González, ha enfatizado ante los medios que además de disponer de energía "más barata", las empresas requieren "más ayudas", pero no en el sentido de recibir subvenciones, sino en el de que las administraciones faciliten un entorno, también fiscal y burocrático, que les ayude a incrementar su competitividad.

En la inauguración de la jornada también ha intervenido el presidente de Ibercaja, Amado Franco, quien a estas fortalezas ha añadido la solvencia de la actividad financiera en la comunidad, "cercana al cliente y a los centros de decisión".