Panishop moderniza su obrador con el que quintuplica la producción de sus panes especiales

La gran aceptación que ha tenido entre los consumidores la línea de panes especiales Slow Baking ha obligado a Panishop a modernizar sus instalaciones para aumentar su capacidad de producción. Para ello ha invertido 800.000 euros en la planta que esta la firma del grupo Rébola, cuya tradición panadera se remonta a 1902, tiene instalada en el polígono de La Puebla de Alfindén (Zaragoza). La mayor parte de este desembolso ha tenido como destino la instalación de unos nuevos hornos de solera refractaria, con los que la cocción se realiza mediante la radiación de calor, consiguiendo así la textura y el sabor de los panes tradicionales.

Con ellos, explica Antonio Rébola, director general de la compañía, se multiplica por cinco la actual capacidad de producción de la fábrica, al pasar de los anteriores 8 metros cuadrados de cocción a los actuales 40 metros cuadrados, en los que se pueden elaborar más de 9.000 kilos al día, a los que hay que sumar los más de 9.000 kilos diarios que producen en las lineas de barras, baguetes o chapatas. "Aunque este tipo de maquinaria es muy común en las fábricas de Centroeuropa, no es común en España donde no se instala. Por eso hemos tenido que ir a buscarla a la República Checa", explica.

También se ha actualizado la zona de los obradores, dividiéndola en varias salas para conseguir así "una mayor seguridad alimentaria y mejor trazabilidad", de modo que el proceso productivo "siempre vaya hacia adelante y el pan nunca retroceda", señala el director general. Un diseño con el que estos obradores de Panishop esperan la homologación de acuerdo con la norma IFS (Internacional Food Standard). Toda esta modernización, que comenzó en agosto de 2015, estará concluida en el segundo trimestre de este año.

Rébola detalla que aunque la inversión en la fábrica no supondrá un aumento de plantilla, el incremento de la producción podría generar a corto plazo la creación de dos nuevos turnos de trabajo y la incorporación de siete empleados para cada turno.Remodelación y aperturas

No es la única expansión en la que está inmersa esta empresa familiar. Panishop tiene previsto acometer durante este año la remodelación de sus tiendas. "El plan es que a final de 2016 estén todas reformadas", destaca Antonio Rébola, que aunque no concreta el montante total que podría suponer esta modernización, explica que el desembolso puede ir desde los 20.000 euros hasta los 60.000 dependiendo del nivel de reforma de cada establecimiento.

Habrá también nuevas aperturas que se sumarán a las 40 tiendas que Panishop cuenta en la actualidad, de las que 16 son propias y el resto, franquiciadas. Su previsión es inaugurar durante este ejercicio cinco nuevos establecimientos en Madrid y Tarragona.

No se ha elegido estas ubicaciones por casualidad. El director general de la compañía explica que Panishop quiere crecer "como una mancha de aceite" por cuestiones logísticas. "Alejar la venta de los centros de fabricación supone un coste elevado para un producto que ocupa mucho y pesa poco, por lo que se encarece mucho el servicio logístico que nosotros damos a nuestras tiendas, a las que servimos casi a diario", detalla Rébola, para explicar la apuesta por Madrid y Cataluña. Cada una de estas nuevas tiendas supondrá una inversión de unos 160.000 euros y la creación de una media de 10 empleos por establecimiento.

Panishop, la marca comercial del grupo Rébola, cuenta con dos fábricas en Zaragoza (en La Puebla de Alfindén y Cogullada) y 40 tiendas (16 propias y el resto franquiciadas). Emplea a 200 trabajadores directos y otros 200 franquiciados y el pasado año su facturación alcanzó los 24,3 millones de euros, en línea con la obtenida en ejercicios anteriores.