Exportar no es internacionalizar

Diez buenos consejos para que nuestras empresas ganen tamaño en los mercados extranjeros.

Antes de inernacionalizar una empresa es fundamental conocer la idiosincrasia del país de destino
Exportar no es internacionalizar
Globalider

Al plantearse la salida a los mercados exteriores, lo primero que hay que asumir es que exportar no es internacionalizar.


Que un producto o servicio se venda fuera de España no garantiza su madurez en un canal de distribución extranjero si no ha habido un adecuado proceso de internacionalización.


La exportación bien hecha da un resultado económico inmediato y alegra cada telediario pero la internacionalización racionaliza la exportación a medio/largo plazo, permitiendo la vigilancia de los mercados, la anticipación y en definitiva garantiza que nuestra actividad no va a limitarse a obtener algún pedido esporádico de nuestros clientes en otros países.


La promotora de negocios internacionales Globalider cuenta con presencia permanente en 38 mercados internacionales y nos propone:


Diez buenos consejos para internacionalizar nuestra empresas:

1. Analizar el punto de partida (sector de actividad, producto y/o servicio a exportar) y tener claro adónde y por qué se quiere y puede llegar. En internacionalización no siempre querer es poder.


2. Conocer la idiosincrasia del país de destino, sus costumbres, sus demandas y sus necesidades. En internacionalización la primera barrera es no conocer el “lenguaje” del consumidor, aunque hable nuestro mismo idioma.


3. Adaptar el producto o servicio al nuevo destino, no imponer fórmulas, aunque hayan funcionado en España. También en internacionalización el cliente siempre tiene la razón.


4. Elaborar planes financieros, de costes, de previsión y de viabilidad. En internacionalización si las cuentas no salen en España, tampoco saldrán en el extranjero.


5. Probar los productos o servicios y analizar a la competencia en el país de destino. Encuestar, escuchar al importador, al distribuidor, al consumidor; comparar y analizar la competencia, indagar en los mercados, verificar lo que dicen. En internacionalización no se debe creer lo que no se comprueba.


6. Conocer todas las barreras de entrada, sean o no arancelarias; y diseñar un plan de prevención y control de contingencias. En internacionalización más vale aprender de los errores y poder superarlos, que lamentar una grave pérdida después de un gran acierto fortuito.


7. Elaborar un plan de comunicación y de márquetin adecuado al mercado de destino. Hay que presentar los productos o servicios, hay que comunicar y hacerlo bien, con adaptación cultural. En internacionalización lo que no se da a conocer no perdura, pero lo que erróneamente se transmite se lamenta sin remedio.


8. Implantarse, estar presente en el mercado de destino o, al menos, tener una representación adecuada; los negocios en el extranjero se hacen con buenos productos o servicios, pero siempre con cara, ojos y oído. En internacionalización saber hacer es tan importante como saber estar.


9. Integrarse hasta hablar el mismo idioma, el “lenguaje” del consumidor y su lengua materna. La empresa tiene que contar con interlocutores locales, no vale la comunicación estandarizada, sino personal. En internacionalización el idioma no es una barrera sino una oportunidad.


10. Entender una venta internacional como una venta local, hacer sólo lo que se sabe hacer bien, añadir el valor del conocimiento, del servicio postventa, del control de calidad, de la mejora continua a los productos o servicios. En internacionalización no es redundante afirmar que el mercado es el mundo. 

Globalider pone su estructura al servicio de la internacionalización de la empresa aragonesa. Nuestros expertos pueden ayudarle, pregúntenos cómo. Analizaremos de forma gratuita las posibilidades de internacionalización de su empresa y le haremos una propuesta garantizando resultados por contrato.