Los trabajos de temporero en la vendimia atraen a un 20% más de aragoneses

Pese a llegar con tres semanas de retraso, la campaña de la vendimia de este año se prevé como una de las más intensas y prometedoras del último lustro. Las lluvias del verano y el dilatado proceso de maduración han hecho que la cantidad y la calidad de los caldos que están por llegar prometan mucho nivel, pero también han provocado que el proceso de recogida se tenga que llevar a cabo en un menor tiempo del habitual. Pese a esto, la contratación de temporeros y de encargados de bodega se va a mantener en torno a las cifras del año pasado, creando unos 1.500 puestos de trabajo temporales en Aragón, con la particularidad de que, en esta ocasión, la mano de obra aragonesa tendrá mucho más peso.

"Hace dos años prácticamente el 100% de la mano de obra temporal eran inmigrantes, principalmente subsaharianos y magrebíes", explica Antonio Ubide, presidente de la D.O. de Cariñena, la más prolífica de las cuatro que hay en Aragón y que este año afronta la campaña de la vendimia con "las mejores previsiones de los últimos años".

En total, según las primeras estimaciones, de los aproximadamente 800 puestos de trabajo temporales que empezarán a funcionar durante esta semana en Cariñena, un 20% serán aragoneses. Cifras que se trasladan de igual modo a las D.O. de Somontano, Calatayud, o Campo de Borja, aunque en esta última en menor grado debido a que es la única Denominación que verá reducida su cosecha por culpa de las tormentas de granizo.

Contratos temporales, pero bien valorados

El aumento del número de trabajadores nacionales en los viñedos aragoneses es para José Manuel Sánchez, responsable de campaña agrícola y migraciones de CC.OO., "una consecuencia evidente del desempleo y la falta de oportunidades". "En los últimos años se ha visto un repunte, pero ha sido en esta campaña en la que se ha mostrado de forma más elocuente la entrada de trabajadores nacionales", explica Sánchez, que señala que, sin embargo, este fenómeno no se nota tanto en la vendimia como en la recogida de fruta debido a la gran mecanización del proceso de recolección de las uvas.

Según el sindicato, pese a que el vino da contratos temporales de menor duración que la fruta -en torno a un mes escaso-, muchos trabajadores de la fruta prefieren esperar o cambiarse al comienzo de la vendimia debido a que ésta se paga a 7,23 euros la hora, un salario sensiblemente superior a los 6,07 de la fruta.

"Son contratos temporales pero están bien regulados", afirma Sánchez, que explica que se está trabajando para elaborar un convenio agrícola nacional que regule en toda España las condiciones de estos puestos de trabajo para prevenir "cualquier tipo de infracción o desigualdad".

En la actualidad, en Aragón conviven un total de tres convenios para los trabajadores temporales del sector agrícola, uno por provincia. Así, entre uno y otro se encuentran diferencias notables que hacen que la mayoría de los temporeros prefieran trabajar en la Provincia de Zaragoza, donde el alojamiento es gratuito y el salario y la jornada más extensa -y por lo tanto más lucrativa- que en Huesca o Teruel.

Un sector cada vez más mecanizado

No obstante, a diferencia de la campaña de la fruta, donde se ha mantenido el número de contrataciones en las últimas temporadas, la vendimia ha visto reducida su oferta de forma radical debido al proceso de mecanización que se ha instaurado en la mayoría del terreno vinícola de Aragón.

Prueba de ello es que actualmente el 60% de las 17.000 hectáreas de viñas de la D.O. De Cariñena están ya mecanizadas, limitando la contratación en estas explotaciones a dos o tres conductores extras al igual que en la zona del Somontano, donde el grado de mecanización se extiende hasta el 90% de sus 4.300 hectáreas cultivadas.