Exportación agrícola

El sector frutícola aragonés, en jaque por un hongo inoportuno

La presencia de monilia, un hongo inocuo para la salud producido por el exceso de humedad, en una partida de paraguayos aragoneses enviados a Rusia trastoca el valor de mercado de la fruta.

La campaña de recolección de la fruta
La campaña de recolección de la fruta
JOSÉ DÍAZ

Rusia y los países del este de Europa han sido durante los últimos años los mayores importadores de la fruta de hueso aragonesa. Melocotones, albaricoques o paraguayos cultivados en Valdejalón, La Litera y el Bajo Cinca principalmente que se habían hecho con una gran cuota del mercado ruso, y que ahora podrían ver caer su valor en picado debido a un caso aislado de infección.


La alarma entre los agricultores saltaba el pasado miércoles con la noticia de que un camión de paraguayos enviado a Rusia había llegado a su destino sin el nivel estético y de calidad deseado. El causante, la monilia, un hongo común que surge debido al exceso de humedad y que hace que la fruta aguante menos tiempo sana, haciendo que el fruto comience su proceso de putrefacción antes de lo previsto.


Este hongo, que en función de su grado de implantación es visible o no, hizo que la partida en cuestión no aguantara en perfectas condiciones el viaje de cinco días que la fruta emprendió desde Huesca hasta llegar al este de Europa, dando como resultado la exigencia del cliente de bajar los precios radicalmente o enviar el producto de vuelta a su origen.


Ante tal situación, el sector ha salido pronto a apagar el fuego con varios comunicados en los que se anuncia que "el hongo de la monilia no tiene ningún tipo de riesgo para el consumo humano", requiriendo a las administraciones que apoyaran el valor y se pusieran "a trabajar para que este caso puntual no desemboque en una guerra mediática en la que el gran perjudicado sea el productor aragonés", según ha pedido la organización Asaja Huesca, que quiere evitar a toda costa un nuevo 'caso pepino', como el que se produjo hace dos años.


"Se trata de un problema puntual y de un caso en concreto, que no tiene que afectar al resto de la producción de este año", ha asegurado el presidente del colectivo en Huesca, Fernando Luna, que teme que sin embargo este altercado abra la veda a una "posible guerra de precios" que haga que el sector frutícola aragonés vea caer sus beneficios con el que hasta la fecha era su mayor cliente.

Mala primavera, mala posición en el mercado

Lo cierto es que las lluvias y tormentas que ha sufrido Aragón esta primavera han hecho que el sector de la fruta afronte la temporada en desventaja con respecto a sus rivales mediterráneos. Grecia o Turquía han empezado a exportar frutas a Rusia dos semanas antes que Aragón y el resto de España debido al retraso con el que ha ido la cosecha este año, haciendo que la cuota de mercado de los productos de la comunidad se vea afectada.


"El verdadero problema no es el hongo", cuenta Vicente López, portavoz del sector frutícola de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA), "el verdadero problema reside en que debido a la ventaja con la que han partido los competidores, ahora, los clientes empiecen a apretarnos los precios para aceptar nuestra producción".


Y es que, los agricultores aragoneses habían labrado con el paso de los años una posición dominante en el nuevo y pujante mercado de Europa del este. La cosecha aquí salía antes y mejor que la del resto de productores, posición que este año se ha visto afectada debido a la mala primavera.


"Con la cereza ya tuvimos peor temporada que otros años", asegura Luna, que espera poder "enderezar en la mayor medida posible la situación con la fruta de hueso"; una variedad cuya producción es absorbida en un 70% por el este de Europa.


Este año, unos 12.000 aragoneses trabajan en la campaña de la fruta, una explotación que ocupa unas 34.000 hectáreas en total, y que está previsto que sea ampliada con 4.000 más dedicadas exclusivamente al paraguayo debido a la buena salida que está teniendo este producto en el mercado exterior.