La vivienda todavía es el principal gasto al que tienen que hacer frente la mayoría de los aragoneses, aunque aquellos que compran o alquilan ahora un piso pueden hacerlo por un precio mucho menor que en los años previos a la crisis. Junto a los alquileres y el metro cuadrado de vivienda también ha descendido considerablemente el importe de las nuevas hipotecas firmadas en la Comunidad, lo que ha supuesto una caída tanto de su duración como del esfuerzo salarial que deben hacer los aragoneses para pagarla. En 2007, la cuantía media de los créditos era de hasta 140.268 euros, frente a los 98.368 a los que ascendían -de media- los firmados en 2012.

Hace cinco años, las familias de Aragón que consiguieron una hipoteca debían afrontar una cuota media de 765 euros mensuales, lo que significa que debían destinar casi la mitad de su salario (un 46,06%) a pagar el piso. Aquellos que firmaron un crédito el año pasado, en cambio, tendrán que hacer frente a una cantidad media de 543 euros al mes, un 29% menos, lo que ha rebajado el esfuerzo salarial que deben realizar los aragoneses a un 30,13%, según el último informe anual del Colegio de Registradores de la Propiedad, Bienes Muebles y Mercantiles de España. Es decir, que los ciudadanos de la Comunidad que se hipotecaron durante el 2012 ya dedican menos de un tercio de su sueldo a pagar su vivienda.

“Es uno de los pocos indicadores positivos que nos deja el mercado inmobiliario. La accesibilidad a la vivienda ha mejorado mucho en los últimos años”, asegura Luis Alberto Fabra, autor del informe del Colegio de Registradores y profesor de Contabilidad y Finanzas de la Universidad de Zaragoza. Esta variable, que se obtiene comparando la cuota hipotecaria mensual con el coste salarial medio -el sueldo bruto, antes de retenciones-, ha bajado hasta 16 puntos en el último lustro, aunque esta 'accesibilidad' a la vivienda es relativa, ya que solo se tiene en cuenta a las personas que han firmado una hipoteca y, por lo tanto, tienen trabajo o unos ingresos estables. Además, las restricciones a la hora de conceder créditos han ocasionado que las entidades financieras limiten los préstamos a los clientes más solventes para evitar impagos.

“No suele recomendarse que se destine más de una tercera parte del salario a la vivienda, cuando es España hemos llegado a rozar e incluso superar la barrera del 50%”, explica Fabra, quien cree que el mercado inmobiliario está regresando al camino correcto: “Se trata de una de las principales consecuencias de la caída del precio de la vivienda, por lo que debería seguir bajando en el futuro”. Sin embargo, estas estadísticas de accesibilidad solo tienen en cuenta la facilidad a la hora de pagar de aquellos que ya han comprado la vivienda, y en ningún caso a aquellos que no pueden acceder al mercado inmobiliario.

La accesibilidad “seguirá aumentando”

La previsión, por tanto, es que las condiciones de accesibilidad sigan mejorando pese a la reducción de los plazos de contratación -han bajado de casi 27 años en 2007 a 23 en 2012-, que obligan a aumentar las cuotas mensuales, y la reducción general de los salarios. “Eso sí, todo esto se elabora a partir de medias, por lo que habrá casos que estén por encima y otros que estén por debajo”, advierte el profesor de la Universidad de Zaragoza, quien cree que de todas formas este aumento de la accesibilidad es representativo en términos generales.

Según este informe de Estadística Registral Inmobiliaria, Aragón se encuentra ligeramente por debajo de la media estatal (30,79% del salario) y a gran diferencia de aquellas menos accesibles, como Madrid o las Beleares (37,41%). Aquellas en las que los ciudadanos que firmaron una hipoteca en 2012 deben dedicar una menor proporción de su salario son Extremadura (23,79%), Murcia (25,01%) y Canarias (27,36%), que ya se encuentran bastante por debajo de la barrera del tercio del salario.

Sin embargo, la accesibilidad a una vivienda sigue siendo mucho más reducida para los jóvenes aragoneses, que para emanciparse deben destinar la mitad de sus ingresos a la hipoteca. Aunque el coste medio de un piso en la comunidad ha descendido hasta situarse en los 152.000 euros, el salario medio de los jóvenes apenas llega a los 15.000 al año, según señala el informe Observatorio Joven de la Vivienda en España, elaborado por el Consejo de la Juventud, en el que apuntan que los jóvenes deberían cobrar más de 2.000 euros al mes para acceder con garantías a la compra de un piso.

Vivienda, comida y transporte

A pesar de que, según las estadísticas del Colegio de Registradores, el esfuerzo salarial que deben realizar los aragoneses ha disminuido, el pago de la hipoteca o el alquiler no es el único gasto derivado de la vivienda. La última encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadística (INE), elaborada con datos de 2011, indica que los hogares aragoneses han aumentado su inversión en este aspecto, en el que también se incluyen conceptos como el agua, la calefacción y la electricidad, que han subido durante los últimos años, así como alquileres de viviendas secundarias e incluso de garajes o locales.

Según los datos del INE, cada familia aragonesa dedicaba a la vivienda un 28,36% de sus gastos -que no de sus ingresos- en 2007, mientras que en 2011 esa cantidad había aumentado hasta rozar el tercio (33,27%) de su desembolso. Sí ha disminuido el dinero destinado a comprar alimentos y bebidas no alcohólicas, que ha pasado de 4.421 euros -de media- en 2007 a 4.310 en el último año en que se elaboró la encuesta, aunque la reducción general del gasto familiar ha hecho que el porcentaje del total haya aumentado del 14,78% al 15,09%.

Tras la vivienda y la alimentación, el resto de los gastos más importantes se dividen entre el transporte (un 9,99%, frente al 12,93% de 2007), los hoteles, cafés y restaurantes (un 8,7% de los gastos) y el ocio, espectáculos y cultura, un concepto al que cada hogar aragonés dedicó un 6,3% de los gastos en 2011. El resto se reparten entre los artículos de vestir y el calzado (un 5,45%), el mobiliario y equipamiento del hogar (4,9%), las comunicaciones (3,19%) y la salud (2,74%).

Sin embargo, cada vez son más los aragoneses con problemas para cuadrar las cuentas de sus hogares y, según la encuesta de Condiciones de Vida del INE, más de la mitad de los aragoneses tienen dificultades para llegar a fin de mes, una cifra un 18% mayor que hace solo un año, y un 16,6% se encuentran por debajo del umbral de la pobreza.