Cumbre extraordinaria de la UE

Los líderes europeos, divididos sobre el presupuesto de la UE al inicio de cumbre

Los líderes de los Veintisiete reiteraron sus divergentes posturas sobre el presupuesto de la UE a su llegada a la cumbre donde estudian un proyecto presentado por el Consejo Europeo.

Los líderes de los Veintisiete reiteraron sus divergentes posturas sobre el próximo presupuesto de la Unión Europea (UE) para el periodo 2014-2020 a su llegada a la cumbre extraordinaria que celebran hoy y mañana para tratar de cerrar un acuerdo sobre esas perspectivas financieras. 


Los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE estudian un proyecto de presupuesto, presentado por el presidente del Consejo Europeo, que asciende a 973.000 millones de euros para los próximos siete años y que supone 80.000 millones de euros menos que la propuesta de la Comisión Europea y 20.000 millones menos que el presupuesto de 2007-2013.


Por un lado, un eje de países encabezado por España, Italia y Francia rechaza recortes en las políticas agrícola y de cohesión por considerarlas fundamentales para sus economías, mientras que otros estados como Reino Unido, Holanda, Alemania, Suecia o Finlandia, que son contribuyentes netos a los fondos comunitarios, defienden ampliar ese ahorro.


El primer ministro británico, David Cameron, se mostró tajante a su llegada y adelantó que "no habrá acuerdo" si no se recorta más el montante asignado al presupuesto europeo. La canciller alemana, Angela Merkel, confirmó que "las posiciones están aún bastante alejadas" y consideró que las cuentas comunitarias deben de ser "solidarias" pero también "rigurosas".


"Todo el mundo tiene que estar listo para renunciar a algo, porque si el conjunto del presupuesto es menor que en el pasado, todos han de entenderlo y estar preparados para el compromiso", indicó por su parte el primer ministro finlandés, Jyrki Katainen.


Su colega sueco, Fredrik Reinfeldt, defendió "modernizar" el presupuesto en favor de la competitividad y la innovación, algo que no se conseguirá "si se dan demasiados subsidios de manera equivocada" a la agricultura.


Por otra parte, desde el grupo de países que rechazan mermar los fondos comunitarios, el presidente de Francia, François Hollande, aseguró que "si Europa tiene, para buscar un compromiso a cualquier precio y abandonar sus políticas comunes, dejar de lado la agricultura e ignorar el crecimiento, no estaré de acuerdo".


El primer ministro en funciones de Italia, Mario Monti, declaró asimismo que el próximo presupuesto de la UE debe atender al crecimiento y la equidad, y ser "justo" para toda la Unión. "Debe ser un acuerdo coherente con la prioridad que habíamos decidido todos en el Consejo Europeo de dedicarlo al crecimiento" y con la idea de que "Europa esté efectivamente integrada", dijo Monti, además de insistir en que sea "justo" en lo referente a su "distribución entre los países". 


El primer ministro griego, Andonis Samarás, dejó claro que su principal objetivo es "la recuperación y el crecimiento", para lo que considera clave "el mantenimiento de los fondos estructurales", mientras que su homólogo belga, Elio Di Rupo, consideró la última propuesta sobre el presupuesto "desequilibrada" e "insuficiente" para apoyar a los trabajadores y las regiones menos prósperas.


Con ironía, el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, apuntó que "un fracaso no significaría 'paralizar' la UE, sólo que en tiempos de crisis y en medio de incertidumbre de mercados financieros, la UE no es capaz de acordar su marco financiero".


Con vistas a acercar posiciones, antes de comenzar la sesión de trabajo del Consejo Europeo los líderes participarán en distintas reuniones bilaterales, como la prevista entre el presiente del Gobierno español, Mariano Rajoy, con Hollande y Monti, o la de Di Rupo con sus homólogos de Holanda y Luxemburgo.


Se espera que apenas comience la reunión a las 16.30 GMT Van Rompuy introduzca algunos matices en su propuesta, motivo por el que se ha retrasado el inicio de la reunión dos horas y media.


Esos matices podrían consistir, según fuentes europeas, en un recorte adicional de entre 10.000 y 15.000 millones de euros con respecto a la propuesta que fracasó en la cumbre celebrada el 23 de noviembre de 2012. El nuevo tijeretazo podría satisfacer los recortes suplementarios exigidos por países como Reino Unido, pero choca con los intereses de otras delegaciones que han advertido que no están de acuerdo con más restricciones, y con el Parlamento Europeo, que anunció que vetará unas cuentas que contengan más rebajas.