Reunión con el presidente del Eurogrupo

Samarás dice que una salida de Grecia del euro sería "una catástrofe"

El primer ministro griego pidió más tiempo al presidente del Eurogrupo para aplicar los nuevos ajustes en su país y Juncker lo condiciona al informe de la troika.

El primer ministro griego y el presidente del Eurogrupo tras la reunion
Samarás dice que una salida de Grecia del euro sería "una catástrofe"
AFP

El primer ministro griego, Andonis Samarás, pidió más tiempo para aplicar los nuevos ajustes para aliviar la situación económica del país y el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, le contestó que se tomaría una decisión una vez la troika concluya su informe.


"En lo que concierne a la prórroga pedida por el Gobierno se deberá tener en cuenta el informe de la troika", declaró Juncker en una rueda de prensa en Atenas junto a Samarás. El jefe del Eurogrupo declaró que Grecia debía seguir en el euro, y que una eventual salida del país heleno supondría un "grave riesgo" para toda la eurozona.


A pesar del apoyo a la permanencia de Grecia en la divisa común, Juncker aseguró: "Debo decirles la verdad, Grecia está sufriendo una crisis de credibilidad". Esa crisis de credibilidad se debe a la falta de avances en algunos puntos acordados en el programa de ajuste, como el retraso en las privatizaciones y en mejorar la competitividad de la economía helena.


También lanzó un dardo a aquellos responsables europeos que han criticado a Grecia en los últimos meses. "Si esos que piden la salida de Grecia de la eurozona hablasen menos, las privatizaciones habrían avanzado más rápido", destacó el luxemburgués.


El informe, imprescindible

Del informe de la troika -Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo, Comisión Europea- depende la liberación de un tramo de 31.000 millones de euros que Grecia necesita para hacer frente a sus pagos y que es parte de los 130.000 millones de euros del segundo rescate heleno.


Grecia debe presentar aún a sus socios una serie de nuevos recortes por 11.500 millones de euros, exigidos por la troika para que los prestamistas de Grecia accedan a seguir financiando al país.


El también primer ministro luxemburgués se mostró contrario a un tercer paquete de rescate a Grecia, con el que se ha especulado en la prensa dado que si finalmente se accede a una ralentización de los ajustes en Grecia, el país requeriría más fondos de sus socios.


Juncker no mencionó durante la rueda de prensa un marco temporal para la adopción de decisiones sobre Grecia, pero en una entrevista hoy con la televisión luxemburguesa RTL declaró: "no habrá ninguna decisión sobre Grecia antes del mes de octubre".


Por su parte, Samarás se comprometió a cumplir los acuerdos del país con sus acreedores, pero destacó que era necesario que Grecia -que atraviesa su quinto año de recesión- vuelva a crecer económicamente. "Hemos declarado que aplicaremos al pide de la letra el acuerdo. Lo que pedimos es volver a crecer lo antes posible", declaró Samarás.


Agregó que su Gobierno ampliará el programa de privatizaciones y acelerará las reformas y la lucha contra la evasión fiscal para demostrar su compromiso en la aplicación de las reformas.


"Una salida del euro, sería una catástrofe"

El primer ministro griego, Andonis Samarás, dijo que una salida de su país de la eurozona sería "una catástrofe para Grecia y también algo muy malo para Europa". "Una salida del euro sería una catástrofe para Grecia y también algo muy malo para Europa", dijo Samarás en una entrevista que publica mañana el diario alemán "Süddeutsche Zeitung".


Una salida del euro, según Samarás, dispararía las cifras de paro en Grecia hasta el 40 % lo que aumentaría la intranquilidad en toda la eurozona. Samarás prometió también en la entrevista que Grecia cumplirá con sus compromisos y admitió que muchas de las críticas que se hacen tiene su razón de ser.


"Es verdad que muchos griegos no pagan impuestos, tenemos que lograr que esa costumbre se acabe", dijo Samarás en la entrevista.


Samarás, que se reunirá el viernes en Berlín con la canciller alemana Angela Merkel, tiene la esperanza de que los socios europeos le den plazo hasta 2016 para cumplir con los compromisos de ajuste y no hasta 2014, como se acordó inicialmente.