La marca alemana de automóviles Opel está inmersa en un proceso de negociación con los sindicatos para reducir los horarios de los trabajadores en su planta de producción de Rüsselsheim (Alemania) con motivo de la debilidad de la demanda de vehículos en Europa.

Según informó la empresa, el deterioro de la situación del mercado automovilístico en Europa ha provocado el inicio de un proceso de negociación con el comité de empresa y con el sindicato IG Metall sobre la posibilidad de reducir las horas de trabajo.

La intención de Opel es finalizar pronto dichas negociaciones sobre la planta de Rüsselsheim, donde fabrica los modelos Insignia y Astra. Este centro cuenta con una plantilla de cerca de 14.000 trabajadores y, de esta, 3.500 empleados podrían verse afectados por esta medida.

La corporación automovilística posee un total de cuatro factorías en Alemania, situadas en las ciudades de Rüsselsheim, Bochum, Eisenach y Kaiserslautern. Opel podría solicitar al Gobierno alemán subsidios para los trabajadores que se vean afectados por este recorte de las horas de trabajo.

Este sistema ha sido utilizado por muchas empresas ya que les permite mantener los puestos de trabajo mediante de la rebaja de sus horas de trabajo cuando la actividad productiva en las plantas baja y obtener compensaciones públicas para los trabajadores por la bajada de sus sueldos.