Cómo llegar a fin de mes

Lara Martínez: "En cierta manera, somos unos privilegiados"

De baja por enfermedad, y con escasos recursos económicos, esta zaragozana se las ingenia para cuadrar las cuentas y llegar a fin de mes.

Lara Martínez es una zaragozana de 28 años que actualmente se encuentra de baja por un cáncer de mama. Cobra 148 euros semanales, o mejor dicho, los cobraba. Su empresa no le renovó y ha alcanzado el límite de la incapacidad temporal. Esta última semana no ha cobrado y confía en que a final de mes le abonen los pagos pendientes del mes de abril, mientras aguarda el dictamen del tribunal médico, que decidirá si su baja se prorroga o se le considera apta para trabajar.


Su marido cobra unos 1.000 euros mensuales con los que pagan la hipoteca, algún recibo y un crédito que tuvieron que pedir para poder instalar una caldera tras pasar un año sin agua caliente en su vivienda.


Con el dinero que percibe Lara compran los alimentos necesarios para todo el mes, además de pagar varias facturas y los plazos de otro crédito adquirido. Para llegar a fin de mes acude a tres supermercados diferentes para obtener los mejores descuentos.


Los refrescos de cola son el único "capricho" de Lara que, según explica "me asienta mi maltrecho estómago desde mucho antes de la quimioterapia". Los compra en botellas de dos litros, en lotes lo más grandes posibles, que salen mejor de precio. Quitando eso, la compra es de lo más básica: huevos, tomate frito, arroz y pasta... y de vez en cuando, carne y pescado... En un intento de engañar al paladar mezcla un paquete de café bueno con paquetes grandes de la marca más barata que encuentra.


Sin embargo, Lara no se compadece: "En cierta manera, somos unos privilegiados. Por el momento, solo por el momento, podemos pagar la hipoteca, no debemos recibos, y tenemos algo que llevarnos a la boca", cuenta.


Lara y su marido ya no se compran ropa, ni van a la peluquería porque no se lo pueden permitir. Esta joven se lamenta de que "aquellos que han hecho tantos esfuerzos a lo largo de su vida, y en el día a día, para llegar a final de mes, se ven ahora indefensos ante la reforma laboral y los recortes en Sanidad, Educación, etc. Lara se muestra desconfiada y teme que en el futuro tenga que costearse parte del tratamiento de su enfermedad. Con 28 años, esta zaragozana quiere vivir, pero una vida digna, "sin sufrimientos ni preocupaciones".