Dos flamencos hacen un alto en el camino en Monteagudo

Permanecieron unas horas en el embalse en la que se ha convertido en la primera visita de la que se tiene constancia de esta ave en la provincia.

La pareja de flamenco en el embalse de Monteagudo de las Vicarías
La pareja de flamenco en el embalse de Monteagudo de las Vicarías
Isidro Román

Un visto y no visto. El embalse de Monteagudo de las Vicarías recibió el pasado martes día 19 la visita de dos nuevos y peculiares inquilinos: una pareja de flamencos que aprovechó la resaca de la Feria de Abril para aterrizar durante unas horas en territorio soriano.


"Nunca se había observado esta ave en Soria", explican desde la delegación de Seo/Birdlife en la provincia. Se trata entonces de la primera visita de esta especie de pájaro a tierras sorianas, aunque las mismas fuentes aclaran que el hecho de que no se haya visto en otras ocasiones "no quiere decir que no haya podido venir alguno antes, aunque sería igual de curioso". Estos esbeltos ejemplares de flamenco común, de color rosado, pico grande y que pueden alcanzar 1,70 metros de envergadura suelen vivir en zonas de humedales de aguas salinas o salobres del litoral mediterráneo, Andalucía y Castilla-La Mancha. La época de cría suele comenzar a partir de este mes, no obstante, se reproducen por primera vez a los cinco años de edad y los ejemplares observados en Soria serían más jóvenes, según Seo/Birdlife. Por ello, quizá al no sentir la necesidad de reproducirse, esta pareja de aves ha tomado otro camino.


En cualquier caso, su presencia en Soria es "accidental", quizá "por despiste" en plena migración una vez pasado el invierno, ya que el embalse de Monteagudo "suele ser una muy buena zona de parada". De hecho, durante los pasos migratorios constituye un punto de descanso y alimentación para especies migradoras. A pesar, eso sí, de que esta acumulación de agua "hace tiempo que ya no es lo que era", lamentan desde la organización ornitológica. "Los pájaros ven un remanso de agua y se paran porque parece un buen sitio, una zona de humedal despejada". No obstante, el incremento de especies piscícolas ajenas en ocasiones al ecosistema inicial habría motivado la "desaparición de la vegetación subacuática" en este espacio, designado como Zona Especial de Protección para las Aves (ZEPA).


Fuera por falta de comida, esta ave consume pequeños organismos acuáticos, o porque una noche de descanso fue suficiente, con las mismas razones desconocidas por las que vino, la pareja de flamencos ya no volvió a ser vista en la zona ni al día siguiente, cuando algunos apasionados de las aves se acercaron hasta allí de nuevo, como en las jornadas posteriores.

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