"Después de superar un cáncer de mama soy feliz, muy feliz"

Lola Ranera, concejala del Ayuntamiento de Zaragoza, cuenta su lucha contra el cáncer de mama en el último año.

Lola Ranera.
Lola Ranera.
Dani Marcos

Lola Ranera tiene las fechas del último año grabadas a fuego, el pelo muy corto y una sonrisa enorme. Justo hace un año le diagnosticaron cáncer de mama. Ha pasado por muchas dudas y miedos, un largo tratamiento de quimio, la extirpación de la mama y una profunda reflexión personal. "Pasar un cáncer de mama es muy duro pero te enseña lo que es importante en la vida. Sales más reforzado personalmente. Antes me iba bien, pero ahora soy consciente de que soy una privilegiada. Soy feliz, muy feliz", asegura.


La vida de Lola (zaragozana de 45 años, madre de dos hijos, concejala del PSOE del Ayuntamiento de Zaragoza) cambió el 14 de octubre de 2014. "Esa noche me noté un bulto. Nunca me había pasado nada y me había hecho las revisiones normales. Me asusté mucho. Al día siguiente fui al hospital a hacerme una biopsia. Ese fin de semana se celebraba el Día mundial contra el cáncer de mama, mientras yo esperaba los resultados con mucha incertidumbre y mucho miedo", recuerda.


El resultado fue positivo. "Cuando te lo dicen es un día horroroso. Lo primero que pensé fue en mis hijos. Y luego en cómo se lo iba a contar a mi madre. Mi abuela murió de cáncer cuando ella era joven", cuenta. Y después de la noticia, los días pasan veloces con pruebas y visitas médicas. "El trato de los médicos y de todo el equipo ha sido maravilloso", destaca.La caída de pelo

Faltaba ponerle nombre y apellidos a su cáncer: cáncer lobulillar infiltrante, de 5 centímetros, con un ganglio afectado. El 18 de noviembre comenzó el primer ciclo de quimioterapia de un tratamiento experimental. Todos los martes Lola tenía cita en el hospital Miguel Servet. Mientras, seguía trabajando y llevando una vida más o menos normal.


En su proceso y su relato hay días marcados en rojo. Como el día que su marido y ella decidieron contárselo a su hija mayor, que entonces tenía 7 años. O el día que notó que se le empezaba a caer el pelo, en el puente de la Constitución. O el día que estrenó su peluca.


"La caída de pelo es muy dura, psicológicamente te machaca mucho. Es como verte desnuda ante la enfermedad, decir estoy enferma de verdad. Dudé si ponerme peluca o no, pero finalmente lo hice por mis hijos (de 7 y 2 años), para preservar mi imagen ante ellos. Cuando me la puse el primer día, me miré en un escaparate y me dije 'oye, no te queda mal'"."Una vida normal"

Para Lola ha sido muy importante seguir con su vida normal, con su familia y su trabajo. "Hemos intentado hacer una vida normal. Seguía llevando a mis hijos al colegio casi todos los días. He seguido trabajando. Luchas por ti y por tus hijos. Sin ellos hubiera sido más duro. Así no te puedes permitir tirar la toalla. Tienes una familia y tienes que tirar para adelante", reflexiona.


Lola tiene un trabajo peculiar. Cuando le diagnosticaron la enfermedad era concejala responsable de Régimen Interior y Participación Ciudadana, y presidenta de la junta de distrito del Rabal, con una agenda llena de reuniones, comisiones, plenos, campaña electoral. Tras las elecciones municipales, ahora es concejala de la oposición y sigue siendo presidenta de la junta de su barrio.


Sigue recordando fechas con precisión y mucha emoción. El 12 de mayo tuvo la última sesión de quimio y el 16 de junio le operaron para extirparle la mama. A la vuelta de las vacaciones, en agosto, comenzó a crecerle el pelo y se quitó la peluca. Este lunes 19 de octubre, Día mundial contra el cáncer de mama, tiene la primera revisión con el doctor Antonio Antón, jefe del Servicio de Oncología del Miguel Servet. Y en noviembre le pondrán el implante definitivo.Llorona y "feliz, muy feliz"

En su primera visita con el doctor Antón, hace un año, este le contó que una de cada ocho mujeres van a pasar un cáncer de mama en su vida y que la inmensa mayoría de los casos se curan. Lola, curada y "feliz, muy feliz", sigue adelante.


Ahora ha cambiado el pádel, que practicaba antes de la enfermedad, por correr. Lola entrena dos días a la semana con un grupo de mujeres del Reto 10K y ya tiene otra fecha en el calendario: su primera carrera, la Carrera de la Mujer de Zaragoza (el 15 de noviembre). Colabora con la Asociación Aragonesa de Cancer Genital y de Mama (AMACGEMA) y participará este domingo en los actos por el Día mundial contra el cáncer de mama en la plaza del Pilar.


"Ha sido una experiencia vital impresionante. No soy mejor persona, pero me ha resituado en la vida. Hay un antes y un después del cáncer. Valoro todo más: ver a mis hijos jugar en la playa, caminar de la mano de mi pareja, el día a día, la relación con mi familia, mis amigos... Las tontadas son más tontadas y lo importante sabes muy bien lo que es", asegura.


Su hija le dice que se ha vuelto una llorona, y ella lo cuenta con una sonrisa enorme.

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