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Zapater: "Es un orgullo que los clubes grandes piensen en ti"

El centrocampista aragonés ha renacido en el fútbol italiano y es seguido por la Juventus, el Lazio y la Fiorentina.

Zapater pugna con Bruno en el reciente Genoa-Valencia de la Europa League.
Zapater: "Es un orgullo que los clubes grandes piensen en ti"
EFE

La Juventus, el Lazio, la Fiorentina? varios de los grandes de Italia le quieren fichar. ¿Cómo vive esta situación después de solo cinco meses en el Calcio?

Pues con cierto asombro. Es una de las cosas que aprendes enseguida aquí en Italia. El mercado, igual en verano que en invierno, es un hervidero, mucho más que en España. Cada día aparecen un montón de nombres como posible fichajes de futuro de todos los clubes. Parece que mañana fuese el último día de plazo para fichar. Para un recién llegado como yo, resulta extraño verse ahí, en ese escaparate. Pero es un orgullo, que los clubes grandes piensen en ti.


Su representante, Ginés Carvajal, reconoce que sí hay conversaciones con la Juventus, pensando en el 30 de junio.

En Italia estas cosas pasan, es algo habitual. Yo no sé nada, quiero aislarme porque estoy muy contento en el Genoa y estoy disfrutando del fútbol y de mi situación. Cuando lo pienso un poco, me digo: "Si se fijan en mí, es porque estoy haciendo las cosas bien". Eso es lo más importante para mí ahora mismo. Con 24 años, en Italia no es normal triunfar. La gente de aquí me dice que los más valorados en el mercado de fichajes son los que tienen de 27 o 28 en adelante. Aquí no pasa como en España y la veteranía está más valorada. Tengo mucho tiempo por delante.


Poder recalar en un futuro próximo en la Juventus serían palabras mayores. Se trata de un club grandísimo.

Sí, es un equipo muy grande. Aquí en Italia, es como el Madrid o el Barça en España. Pero yo quiero mucho al Genoa. Este club me ha dado una oportunidad increíble de progresar en mi carrera como futbolista y siempre le voy a estar agradecido, siga aquí o no. Aquí soy feliz.


Diego Milito también llegó al Genoa y, en apenas siete meses, ya le tenía atado el Inter de Milán. Lo mismo a usted le sucede algo similar.

Diego es aquí una estrella. Uno de los mejores goleadores del mundo al que todo el mundo venera. Se salió en el Genoa y fue normal que lo captara uno de los grandes. El fútbol cambia de la noche a la mañana, ya lo sabemos. Se mueve por impulsos y hay que saber aprovechar cada momento. A mí las cosas me están yendo muy bien y estoy muy contento en líneas generales.


Y eso que, en los últimos partidos, ha estado ausente de las alineaciones más de lo esperado.

En el equipo nadie lo vemos así. Hasta anoche (por el miércoles) que nos eliminó el Catania de la Copa, hemos estado en tres competiciones, jugando sin parar domingo y miércoles. Y si no he jugado algún partido de liga ha sido porque iba a hacerlo en la UEFA, o al revés. Hemos tenido varias fases en las que, en tres semanas, hemos jugado siete u ocho partidos. Y ahí, nadie puede jugarlo todo. Realmente, he participado muchísimo. Más de lo que esperaba al inicio de temporada porque no es fácil venir nuevo a un equipo como el Genoa y tener el protagonismo que el entrenador me está dando.


Sigue destilando satisfacción, como cuando al principio de su aventura italiana comenzó marcando goles, anotando faltas directas y siendo portada de todos los periódicos deportivos italianos.

Estoy contento porque veo que en el Genoa están contentos conmigo. Esa es la mayor alegría que tengo día a día. El equipo es muy bueno, la afición me quiere y los compañeros, son magníficos.


Que la Juve, el Lazio o la Fiorentina le tengan en su agenda ha de ser para usted un acicate de aquí al verano.

Es un aliciente extra. Pero yo ya sé cómo es el fútbol y no voy a volverme loco. El ganar te hace sentirte bien. Lo mismo que el hecho de que las cosas te salgan de manera positiva. Ahora entreno con alegría, disfruto del fútbol y juego con confianza. Lo que tenga que venir, vendrá solo. De momento, después de todo lo que viví en Zaragoza en los últimos tiempos, lo que me ha pasado en este medio año en Genoa ya me ha merecido la pena. El futuro, ya lo veremos. Yo he comprendido que en el fútbol hay que ser siempre ambicioso.


¿Le da tiempo a mirar por el retrovisor la difícil situación que vuelve a atravesar el Real Zaragoza?

Sí, claro que sí. Y la veo de una forma extraña, porque es como si todavía fuera partícipe de ese equipo. Tengo compañeros y amigos en ese vestuario, hablo con ellos a menudo. Cada vez que voy a Ejea, como los cinco días que estuve en Navidad, todas las conversaciones giran en torno al Real Zaragoza. No puedo salir de ese círculo aunque quisiera. Ahora, soy un aficionado más del Zaragoza que vive en Italia y, cada domingo, lo primero que hago por la tarde es saber cómo ha quedado el equipo. Veo que las cosas están otra vez muy mal, pero, desde la distancia, quiero ser optimista y creer que, al final, conseguirán quedarse en Primera.


Los dirigentes han tenido que echar a correr y ponerse a fichar refuerzos para evitar el hundimiento. Entre ellos, un medio centro checo de 32 años. ¿No siente algo de pena?

Habrá gente que piense que es muy fácil para mí hablar ahora de eso. Sin embargo, me resulta difícil y no me apetece. No quiero hablar porque lo único que necesita ahora el equipo es ayuda. Aún tienen tiempo para arreglar las cosas y espero que acierten para que el equipo siga en Primera División en mayo.


Con el asunto de los impagos, Antonio Hidalgo decidió denunciar al club para cobrar los atrasos. Usted instó a su agente para que desechara esa posibilidad en cualquier circunstancia y ha decidido esperar.

Es un asunto muy delicado y yo voy a evitar siempre cualquier acción que pueda perjudicar al Real Zaragoza como club, mucho más en la situación en la que se encuentra. En estos momentos, es mejor que surjan mensajes positivos hasta ver si el equipo logra salvarse. Después, supongo que lo demás se solucionará.