Xerez, vitamina anímica

La temporada pasada, el cruce ante el Xerez propulsó al Zaragoza hacia el ascenso. Fue un triunfo agónico que ensanchó la moral. Ahora se mira al mismo rival con parecidas intenciones: ganar, animarse y salvarse.

Jorge López celebra uno de sus dos goles en el Xerez-Zaragoza de la pasada temporada.
Xerez, vitamina anímica
elena muños

Si al ascenso del Real Zaragoza se le pueden encontrar sus capítulos decisivos, esenciales en la escalada final del equipo hacia Primera División; la mirada atrás conduce a Murcia, donde el equipo resucitó de una mediocre derrota en Elche con una goleada promisoria, y, por supuesto, al Xerez. Fueron los dos puntos principales de apoyo hacia Primera. Aquel partido de Chapín del 28 de marzo ante el enemigo del domingo lanzó directamente al Zaragoza, inyectó una carga anímica fundamental ante lo heroico de la victoria y cuajó a un equipo que a partir de entonces robusteció su fútbol y su rendimiento.

 

Aquella victoria (1-2) dejó un héroe, Jorge López, autor de los dos goles, y ahora, meses después, con los dos equipos compartiendo de nuevo batallas, se mira aquel partido con parecidas intenciones: ganar para ensanchar el ánimo y despejar las sombras del escepticismo. El protagonista habla de ello: "Contra el Xerez, solo pensamos en ganar. Una victoria nos reforzaría y nos daría moral. Hay que pensar en ser positivos, optimistas y confiar en lo que se hace", indica Jorge López. Aquel Xerez lideraba la Segunda División con mano de hierro. Resultaba invencible. Y el Zaragoza progresaba a paso de tortuga hacia la zona de ascenso. La urgencia de la remontada en la clasificación condujo al Zaragoza a Jerez de la Frontera a un partido con molde de final. Se ganó en un ejercicio agonístico: marcó Jorge López, empató el Xerez, Ponzio fue expulsado en el minuto 59 y, con uno menos, el Zaragoza se fue a por el partido. Al filo del final, Jorge López culminaría una victoria de formas épicas, con los jugadores reventados en el descuento, Gabi vomitando el esfuerzo al final del partido y una explosión de júbilo en los vestuarios, donde se celebró la victoria casi tanto como el posterior ascenso.

 

Ese triunfo elevó la moral de la tropa a sus índices más elevados de la temporada. A partir de ese día, los futbolistas, Marcelino y el zaragocismo comenzaron a ver luz sobre el ascenso.

 

Meses después de aquella historia, un Xerez desahuciado visita al Real Zaragoza, tan necesitado de victorias como la última vez que se cruzaron. Ahora también importan los tres puntos, la matemática pura, el alivio en la clasificación, pero el vestuario también espera de la victoria algo más espiritual: "Al Xerez hay que ganarle porque es el último y porque llevamos mucho tiempo sin hacerlo. Un triunfo nos permitiría ver todo de otra manera, nos daría un impulso anímico", razona Jorge López.

 

"Paciencia y tranquilidad"

El centrocampista riojano recomienda calma: "Los nervios no conducen a nada. Hay que tener paciencia y tranquilidad. Pero esto es muy largo, para nada el partido con el Xerez es el último tren, aunque hay que ganar sí o sí".

 

La inquietud ha entrado por la ventana del vestuario. La ansiedad amenaza. "Estamos preocupados por la situación. Cuando un equipo está en una dinámica como la nuestra el mínimo error cuesta caro. Hay que ganar y tiene que ser contra el Xerez", indica Jorge López, que mira hacia la revolución del vestuario, con la puerta abierta para entrar y salir, y con varios compañeros con el futuro repleto de incertidumbre: "Está claro que no es agradable. Es decisión del club realizar varios fichajes y que salga gente. A nadie le gusta este tipo de situaciones, pero nosotros debemos seguir adelante y apoyar a los compañeros que lo están pasando mal".