SELECCIÓN ESPAÑOLA

Xabi Alonso da el susto

El centrocampista se retira del entrenamiento antes de hora por unas molestias musculares. Del Bosque extrema las precauciones.

A tres días de su estreno mundialista, en la selección española sólo se advierte una preocupación: que todo siga igual, que no pase nada, que ninguna incidencia en forma de molestia o de lesión altere la estabilidad del grupo. A diferencia de muchos de sus rivales, que a estas alturas todavía viven entre interrogantes y dudas metódicas, a España sólo le inquietan las malas jugadas del destino. Las cosas feas del azar. Es lo que tiene ser un equipo hecho en el que todo está perfectamente interiorizado, comenzando por el estilo de juego y siguiendo por los actores principales que lo pondrán en práctica a partir del próximo miércoles en Durban. La Roja, en fin, dispone de algo parecido a la poción mágica y, como los galos de la aldea de Asterix, sólo teme que el cielo le caiga sobre la cabeza. De ahí que ayer, en la sesión matinal de entrenamiento en las instalaciones de la Northwest University de Potchefstroom, se encendieran brevemente las alarmas cuando Xabi Alonso se retiró a vestuarios antes de tiempo, un cuarto hora antes que el resto de sus compañeros.

Como es natural, el doctor Óscar Celada, responsable médico de la selección, se vio obligado a dar un parte de urgencia. Habló de una pequeña sobrecarga sin importancia y de que el futbolista se había retirado por simple precaución. Lo cierto es que la palabra precaución es la que mejor define, en este momento, el ambiente que rodea a La Roja. Un equipo de fútbol no deja de ser un ecosistema muy frágil, algo de lo que pueden dar fe muchas selecciones que, en los últimos días, han sufrido la pérdida de piezas importantes. De modo que, ante la inminencia del debut, todas las precauciones son pocas. Y más cuando se trata de jugadores como Xabi Alonso, pieza clave para del Bosque, el primer convencido de que buena parte de las posibilidades de España en Sudáfrica pasan por la conexión Xabi-Xavi.

Iniesta, precaución

La palabra precaución sirve también para definir el proceso de recuperación de Andrés Iniesta. Desde que pidió el cambio en el minuto 38 del amistoso ante Polonia, que él mismo se encargó de encarrilar con dos destellos de los suyos, el foco de la actualidad de la selección española quedó posado en el genio de Fuentealbilla. Su papel en la selección es igualmente decisivo. España, como el Barcelona, puede jugar bien sin él, pero con Iniesta en buena forma da un salto de calidad. Se puede decir que entra en otra dimensión.

El talento de este futbolista único se antoja una baza fundamental para una selección que sabe perfectamente lo que va a encontrase a partir del próximo miércoles: rivales encerrados, dispuestos a combatir en cada metro, a cerrar todas las líneas de pase, a no dejar ninguna rendija por la que se pueda colar la luz.

En esa tesitura, Iniesta es un seguro de vida. Así lo reconoció ayer en rueda de prensa David Silva, uno de sus compañeros en la cofradía del 'tiqui-taca'. "Es muy importante para nosotros. Esta a un buen nivel y se le ve muy contento. Tuvo un pequeño percance ante Polonia, pero se está recuperando muy bien. Estoy seguro de que nos va a dar muchas alegrías", comentó el zurdo de Arguineguín, que no dudó en calificar de "fenomenales" tanto el ambiente de la selección como las instalaciones de Potchefstroom en la que España tiene su cuartel general.

Iniesta, efectivamente, está contento, ardiendo en deseos de incorporarse de nuevo al grupo. Quiere jugar ante Suiza, aunque es consciente de que del Bosque no arriesgará con él. El edema del manchego ya está prácticamente superado y ayer pudo forzar su puesta a punto. Tras pasar por manos de los fisioterapeutas y sudar luego un poco en el gimnasio, el jugador del Barcelona salió al campo de entrenamiento, entre los aplausos del público, en compañía del readaptador Hugo Camarero. Las series de carrera se intensificaron e Iniesta las superó sin complicaciones. Tampoco las tuvo tocando el balón. Cuando se retiraba a vestuarios, se detuvo a firmar autógrafos y escuchó la pregunta de un periodista arrimado a la verja: "¿Ya estás bien, Andrés?". -Casi-, respondió, con una amplia sonrisa.

Por la tarde, del Bosque continuó protegiendo a los suyos. Iniesta siguió con su plan y a Xabi le unieron en el gimnasio Xavi, Busquets y Piqué. Los tres están muy castigados y necesitaban descanso. Con la porcelana, ya se sabe, hay que tener mucho cuidado.