ENTREVISTA DEL DOMINGO

Violeta: "Fui futbolista del Zaragoza gracias a una enfermedad"

José Luis Violeta posa junto a joyas del zaragocismo.
Violeta: "Fui futbolista del Zaragoza gracias a una enfermedad"
juan carlos arcos

Caso curioso: el futbolista aragonés que en más ocasiones ha vestido la camiseta del Zaragoza iba para ciclista.

A los 14 años estaba entregado a la bicicleta. Comencé a trabajar muy pronto en Ciclos García, en la calle de Don Jaime I. Me encantaba.

 

El balón pudo más que el pedal.

 

Quizás fue el destino. Yo, por ejemplo, fui futbolista del Zaragoza gracias a una enfermedad.

 

Bendita enfermedad.

 

Con 17 años, pillé una bronconeumonía de aúpa. Le cogí miedo a la bicicleta y me metí a jugar al fútbol. Mi amigo Miguel Madurga me llevó a los juveniles del River.

Cubero me fichó para el Real Zaragoza juvenil.

 

Ojo de buen Cubero el de Cubero, sí señor.

 

Y allí estuve 17 años, 14 de ellos en el primer equipo.

 

No lo tuvo tan sencillo.

 

Waldo Marco me mandó un año al Calvo Sotelo de Puertollano junto a Encontra. Me dijo que era para hacerme un hombre.

 

De vuelta a Zaragoza, Violeta no era un hombre, era un león: el León de Torrero.

 

No peco de modesto si digo que jugué en dos de los mejores equipos de la historia del Zaragoza. El fútbol de Los Magníficos lo considero difícilmente repetible. Allí coincidí con el mejor futbolista con el que he jugado jamás: Carlos Lapetra. Con Los Zaraguayos fuimos subcampeones de Liga.

 

Incluso se permitió el lujo de decirle no al Real Madrid.

 

Zalba me trasladó la oferta del Madrid. Yo le pregunté si seguía siendo necesario para el Real Zaragoza. Me dijo que sí. Por eso me quedé. El Real Zaragoza siempre fue y será lo primero para mí.

 

A Florentino Pérez no se le escaparía ahora.

 

No lo sé. El fútbol ha cambiado mucho. Ahora es mucho más negocio que deporte.

 

Ahora todo es dinero, 'glamour'.

 

La ficha más elevada que percibí fueron dos millones y medio de pesetas. Solo me he casado una vez, en 1963, con Adela. Pronto haremos las Bodas de Oro.

 

¿Nunca ambicionó más?

 

El Zaragoza y la selección española han colmado todas mis aspiraciones. No puedo pedir más. He jugado en el equipo de mi tierra y he defendido la camiseta de mi nación junto a monstruos como Iríbar, Pirri, Amancio o Gárate.

 

¿Qué sintió el otro día al oír pitos cuando sonaba el himno español en la final de la Copa del Rey?

 

Me dolió. Yo he tenido el honor de escuchar el himno español en 1970 en Rusia defendiendo la camiseta de la selección. Fue precioso. No lo niego: soy aragonés y español por los cuatro costados.

 

Aragonés, español y zaragocista.

 

Por supuesto. Voy al campo con Fontenla. Lo paso mal... El Zaragoza tiene que ser equipo de Primera División cuanto antes.

 

Se está sufriendo mucho.

 

Nunca es sencillo ascender. Recuerdo que, cuando subimos en 1972, tuvimos que esperar en el campo a que terminara el partido Elche-Oviedo. Empataron y logramos el ascenso. Pepe Melero me subió a hombros.

 

Melero, costalero... ¡Qué bueno! Ahora dice que está disputo junto a Luis Alegre a recoger firmas para hacerle presidente de honor, como Di Stéfano en el Real Madrid. Desde luego, muy poquitos pueden exhibir su currículo.

 

Ya le digo que por el Real Zaragoza estoy dispuesto a todo. El Real Zaragoza es mi vida.