ASPANOA

Veinte mil gracias

Los verdaderos protagonistas del partido, los niños, posaron con los veteranos del Real Zaragoza y el Barcelona frente a las pobladas gradas del municipal.
Veinte mil gracias
E. CASAS

ZARAGOZA. El valor de las cifras depende, muchas veces, de la perspectiva desde que se miren. Por ejemplo, la que registraron ayer los tornos del estadio de La Romareda posee una importancia que va mucho más lejos de lo que supone juntar un dos y cuatro ceros. Las 20.000 personas que se acercaron a la decimoquinta edición del partido de veteranos a beneficio de Aspanoa (la Asociación de Padres de Niños Oncológicos de Aragón) aportaron, con su presencia, un valioso granito de arena en la lucha contra el cáncer infantil. Por eso, aunque a nadie le gusta contemplar la derrota de su equipo, ver cómo los veteranos del Fútbol Club Barcelona se impusieron a los del Real Zaragoza (1-2) constituyó solo una faceta más de la fiesta organizada en el estadio municipal.

Sobre el impoluto césped de La Romareda se juntaron, como en cada edición de esta cita benéfica, decenas de estrellas del fútbol español. Sobre todo, lo que se aglomeró sobre la moqueta fue una enciclopedia de la historia futbolística nacional: Víctor Muñoz, 'Pichi' Alonso, Josep Palau, Roberto Bonano, Xavi Aguado, Andoni Cedrún, Santiago Aragón... Con los éxitos personales de cada uno de ellos se llenaría la más ostentosa vitrina. Tanta calidad reunida en un mismo punto geográfico no daba opción al aburrimiento. En el municipal sobraron los detalles técnicos, a falta de un partido físico. Pero, ante todo, lo que no se echó de menos fue el buen humor y las ganas de hacer disfrutar a la siempre exigente parroquia aragonesa, que ayer contó con el intrusismo de algún que otro barcelonista.

A la orden del colegiado Ortín Marquina, tan veterano como los contendientes, comenzó un choque en el que las ocasiones de gol se sucedieron insistentemente. Solo los postes y la inspirada actuación de los guardametas permite encontrar una explicación al número de goles logrados: tres. El barcelonista Mas abrió la lata en el 22 de la primera mitad (cada parte duró 35 minutos). Antes, el Real Zaragoza lo había intentado tímidamente, con alguna internada de Cuartero (debutó en La Romareda como veterano) y con un disparo a la madera de Aragón. Sin premio, el conjunto blanquillo se fue derrotado al descanso.

En la reanudación, Mariano Aineto encontró el premio a la reacción aragonesa. Tras recoger el balón en la frontal, sin presión rival, pensó un instante. Le nació un impulso de genio. Con la diestra se sacó una vaselina que superó a Bonano en el 61 de partido. Golazo y empate.

Cuando los dos banquillos parecían firmar ese resultado, el azulgrana Carreras aprovechó la enésima opción clara de disparo para lograr el definitivo 1-2. Pero como se dice en los eventos de este tipo, "el resultado es lo de menos", frase que ayer sonó para consuelo zaragocista.

Arropados

"La sociedad ha vuelto a arropar a los niños y a sus padres. Eso es lo mejor de este partido, el cariño que recibimos y la respuesta de la gente". Así expresaba Miguel Casaus, presidente de Aspanoa, el sentir general de los organizadores al contemplar el estado de las gradas de La Romareda. Como cada año, Zaragoza derrochó solidaridad. Solo de esa forma pudo alcanzarse tal registro de público.

Con la de ayer, ya se han celebrado quince ediciones de este evento festivo, que figura de modo destacado en el calendario de actividades benéficas en Aragón. Los niños, verdaderos protagonistas, fueron agasajados con una ración de buen fútbol. Los padres, con el refuerzo de los que, un día, fueron sus ídolos.