REAL ZARAGOZA

Una mañana a cien

El Real Zaragoza inició la preparación del partido frente al Mallorca con un entrenamiento intenso y guerrero.

La fuerte lluvia que descargó en la mañana de ayer sobre la Ciudad Deportiva concedió a las escenas un carácter aún más marcial. Agua, barro, vozarrones exaltados, rodillas impactadas, tobillos contusionados... Fue un entrenamiento de trinchera, intensísimo, con los jugadores metiendo el pie a cuchillo, resbalando por el césped encharcado con la furia de una segadora. También hubo una serie impresionante de golazos.


Los jugadores del Real Zaragoza ya planean el partido frente al Mallorca. Comenzaron con una sesión que no desveló nada significativo sobre el posible once. La duda sigue volcada sobre quién saldrá de alineación para abrirle hueco a Gabi, presumible titular en el Ono Estadi. Los damnificados se descubrirán en los próximos entrenamientos, pero dos hombres se lo juegan en un piedra, papel o tijera. Saldrá Aimar, candidato primordial, o se sentará Oliveira, cuya productividad parece privada de persuasión.


Pero el entrenamiento se caracterizó por la férrea mentalización de los jugadores, a quienes se les observó profundamente estimulados. Cada balón se peleó como la vida durante los ejercicios (un rondo gigante para trabajar la circulación y dos simulacros de partido) programados por Manolo Villanova, cobijado del aguacero bajo una gorra y escoltado por su ayudante, Roberto Cabellud en todo momento.


La intensidad fue tan elevada que dejó alguna cojera, como Zapater, colisionado por la suela de aluminio de la bota de Ricardo Oliveira, y algún enfado, como Aimar, enfurecido durante unos minutos por otro impacto.


Además, entre ejercicio y ejercicio se dejó ver una lujosa colección de golazos. Pavón descubrió una escuadra desde 25 metros y Celades despejó todas las esquinas de la portería y se apuntó una volea en escorzo que cerró su mañana pletórica. Diego Milito reventó tres veces el larguero antes de resolver con la audacia que tanto se le espera un mano a mano con el portero Miguel y repetir poco después.


Al entrenamiento solo faltó Sergio García. El catalán no se ejercitó debido a una leve sobrecarga muscular que no le impedirá jugar frente al Mallorca, y trabajó en el gimnasio para aliviar la zona dolorida.


Hoy, el Real Zaragoza proseguirá preparando el partido frente al Mallorca, a puerta cerrada en La Romareda. Será a partir de las 10.30.