CARRERA POPULAR IBERCAJA

Una fiesta sin barreras

Más de 13.000 personas participaron en la XXXI edición de la Carrera Popular Ibercaja

Los corredores inician la prueba desde la línea de salida
Una fiesta sin barreras
CINTIA SARRíA

El edificio central de Ibercaja, en la calle San Ignacio de Loyola, fue el escenario del pistoletazo de salida a otra gran fiesta del deporte. Una cita que, en su XXXI edición, congregó a más de 13.000 personas 'por la integración' y que volvió a cambiar, por unas horas, el tráfico de los coches por el trote de sus participantes. Aunque antes de eso, Eduardo Ruiz Bosch, un hombre muy ligado al atletismo y coordinador de este evento durante los últimos 30 años, recibió un cálido homenaje por parte de la organización.Alrededor de las 10 de la mañana, los corredores aguardaban ansiosos, con sus correspondientes dorsales, el inicio de la prueba: cinco kilómetros que discurrieron por el paseo de las Damas, León XIII y Cesáreo Alierta. Allí estuvieron atletas federados, corredores anónimos, deportistas en silla de ruedas e incluso padres que completaron el trayecto con el carrito de sus hijos. Tampoco quisieron perderse la cita algunos de los corredores aragoneses más destacados como Eliseo Martín, Toni Abadía, María José Pueyo, Isabel Macías y Luisa Larraga, entre otros.

Un año más, lo de menos era el nombre del ganador. Y así quisieron reflejarlo Eliseo Martín y Toni Abadía cruzando, simbólicamente, de la mano la línea de meta 14 minutos y 38 segundos después. Precisamente, el corredor montisonense declaró al término de la prueba que tanto su compañero como él "quisieron entrar de este modo para expresar el sentido que, para ellos, tenía la carrera". El atleta aragonés, especialista en los 3.000 obstáculos, afirmó que "la carrera ha llevado un ritmo sostenido y tanto Abadía como yo hemos llevado el peso de la prueba, estando en todo momento en cabeza. En cuanto a sus objetivos esta temporada, Eliseo aseguró que la próxima cita en la que participará será el VII Cross de Atapuerca, que se disputará el próximo 7 de noviembre.

Tras los obstaculistas, comenzaron a llegar el resto de participantes. Todos estaban muy sonrientes porque, como alguno comentó "el día ha acompañado. Es una cita muy gratificante porque no la concibes como una competición sino como una fiesta especial". Además, los que completaron la prueba con el dorsal en un lugar visible recibieron un diploma conmemorativo y un regalo: bicis, cámaras digitales, balones de fútbol y baloncesto o relojes. El evento terminó en el Parque de Atracciones donde se intentó demostrar que no existen barreras.