MARATÓN

Un recorrido conocido

La prueba repite el trazado del año pasado, con ligeros desniveles, y salida y llegada en el paseo de la Independencia.

Un recorrido conocido
Un recorrido conocido

El IV Maratón Internacional de Zaragoza repite el recorrido del del año pasado, un trazado que parte del centro de la ciudad y se va desplazando junto al río Ebro para adentrarse en la zona norte de la ciudad y retornar hasta el paseo de la Independencia, lugar de salida y llegada de la prueba. Los organizadores señalaron en la presentación de la carrera que este no será el recorrido definitivo y que se espera a que concluyan las obras del tranvía para fijar un trazado que transcurra por grandes avenidas algo más céntricas y que permita obtener mejores registros. A expensas de que el domingo el cierzo respete a los participantes, la prueba recorrerá amplias avenidas, puentes y dispondrá de lugares emblemáticos desde los que observar la carrera y animar a los atletas.

Por analizar por tramos el maratón, los primeros kilómetros transcurrirán por el centro de la ciudad. Plaza España, Conde Aranda (ida y vuelta), subida por Independencia para tomar el paseo de la Constitución y recorrer Cesáreo Alierta hasta el cruce con la avenida de San José. Los desniveles serán suaves hasta llegar a ese tramo con el paso subterráneo bajo el Camino de las Torres que tiene una rampa dura. Se vuelve al centro para bajar hacia el Ebro y cruzarlo por el puente de la Z-30. Serán momentos para regular el ritmo.

Tras pasar por encima del río en tres ocasiones la prueba se adentrará en el Actur y subirá hasta la rotonda de Juslibol y el parking norte de la Expo. Sigue siendo la primera mitad de carrera, y hay que tener la cabeza fría. Los expertos dicen que "la verdadera carrera comienza en el kilómetro 30".

El maratón se adentra en el meandro de Ranillas y atraviesa uno de los tramos más bonitos al circular por el carril bici del de la margen derecha. Después, subida al puente del Tercer Milenio, recorrido por el parque del Agua y el recinto de la Expo para retornar al mismo puente tras haber superado el kilómetro 30.

Queda lo más duro, pero a la vez los atletas vivirán una experiencia única al. Desde allí, la prueba toma la ribera. Primero la izquierda y después de pasar el puente de Santiago la derecha. Quedan cuatro kilómetros completamente llanos y se afronta un bucle en Echegaray, la subida por Don Jaime para disfrutar de una entrada triunfal en el paseo de la Independencia.

Los organizadores fijan ese tramo final y el paseo Echegaray y Caballero entre los puentes de Piedra y de Hierro como los mejores lugares para presenciar la carrera y dar ánimo a los participantes.

Heraldo

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