OBITUARIOS

Un enamorado del ciclismo

Domingo Martín.
Un enamorado del ciclismo
HERALDO

Me sorprendió el viernes aquel anuncio del correo electrónico: "Fallece Domingo Martín, ex presidente del Club Ciclista Iberia". Me había pasado casi las dos últimas décadas saludando a Domingo de abril en abril, de Vuelta en Vuelta. De esa que ya no existe, la Vuelta a Aragón. Ahí estaba, pegado a Arturo López del Moral, su heredero en el Iberia, disfrutando de la carrera y resolviendo a mata caballo los problemas y los imprevistos que surgen en cada gran competición. Compartíamos pelotón con Induráin, con Armstrong, con Ullrich, con Olano, Escartín, Cipollini, Chiappucci, Van Poppel, Zabel o Petacci. Ilustres primeras figuras del deporte mundial que iluminaban con su presencia los rincones más recónditos de Aragón.

Sentía un orgullo natural: él se había convertido en motor principal de la recuperación de la carrera. Y del impulso del Club Ciclista Iberia, el organizador.

Y ya desde la retaguardia, él tuvo que vivir el abandono de la prueba y el desprecio de las instituciones hacia una de las principales referencias del deporte en Aragón. Que atraería a los mejores ciclistas del mundo -como ha ocurrido tradicionalmente por su singular ubicación en el calendario- con apenas un poco de empeño de los responsables del deporte.

Su pelea al frente del Iberia había servido para desarrollar pruebas ciclistas -hasta una treintena- y promover equipos ligados al club. Su empuje fue también un impulso al ciclismo aragonés.

El paso del tiempo le fue empujando de forma natural a un segundo plano. Y entonces nos encontrábamos en el colegio, en Marianistas, donde él iba a buscar a sus nietos y yo a mis hijos.

Allí seguíamos hablando de lo que a los dos nos cautivaba, el ciclismo. De esas jornadas largas por recovecos preciosos y desconocidos de Aragón en los que los mejores corredores del mundo ejercían de guías y la televisión, de escaparate. Un desarrollo que se ha dejado perder.

Un cáncer de estómago se lo ha llevado de forma fulminante. Hoy los enamorados del ciclismo, como él, le diremos adiós, a las 9.40, en la capilla número 3 de Torrero. Pero su sello quedará grabado por siempre en la historia del deporte aragonés.