REAL MADRID 2-0 LEVANTE

Triunfo con la mente puesta en Lyon

Di María desnudó en el inicio al Levante. Mourinho cumplió nueve años sin perder en casa en Liga y rotó a medio equipo

Los jugadores del Real Madrid se abrazan a Benzema, autor del primer gol del partido.
Triunfo con la mente puesta en Lyon
EFE

Victoria, dulce sueño a dos puntos del Barça, rotaciones y el equipo intacto, en lo físico y en lo anímico, para la gran cita europea del martes próximo en Lyon. El Madrid no hizo un partido muy brillante pero ese no era su objetivo principal ante un Levante que solo propuso defenderse para no ser goleado de nuevo, y jamás inquietó al chaval Adán. Abrió la victoria pronto, sentenció antes del descanso y luego a dormir, a pensar en la ‘Champions’ y en si al Athletic le da por complicarle la vida al Barça en el Camp Nou. Mourinho ya acumula nueve años justos sin perder un partido de Liga en casa. Casi una década desde que el Beira Mar la lío en Oporto.


El portugués avanzó que haría algún cambio pero que no modificaría lo sustancial. Visto lo visto ante el rival más humilde de Primera, lo fundamental de este Madrid son sus alas, Cristiano y Di María. Prescindió de hasta seis titulares habituales, incluido el sancionado Casillas, situó como pareja de medios centros a Lass y Khedira, una medida que tiene bemoles contra el Levante, relegó a Adebayor pero mantuvo a sus dos puñales. De su velocidad, de su voracidad y de su capacidad de desborde y remate, depende muy mucho este equipo de poca elaboración y mucha llegada.


Di María salió como una moto y rompió el partido enseguida. Para el fideo no hay huecos imposibles, ni defensas impenetrables, ni centros complicados. De largo, es el fichaje del Madrid más rentable del pasado verano. Y eso que llegó sin ser exigido por Mourinho.


Abrió el partido en una gran jugada. Pasó entre dos defensores con facilidad inusitada, condujo con la izquierda y la puso con la derecha para que Benzema, muy atento esta vez, la empujara a puerta vacía. Demostró Di María por qué en el fútbol moderno los extremos juegan a pierna cambiada.


De Ronaldo hay poco que decir a estas alturas. Es un jugador incapaz de dosificarse. Era el Levante, pero había cuentas pendientes. Y si algo motiva al portugués son los piques con los rivales. No le importó volver a pelearse con Ballesteros, uno de esos centrales clásicos que meten miedo.


Pidieron una amarilla para él por precipitarse en el lanzamiento de una falta, sonrió, y la lió. La puso como un cañón desde el lateral y Carvalho solo tuvo que empujarla en boca de gol. Al filo del descanso el partido estaba resuelto.


Sorprende que ante un rival que llegaba asustado tras el 8-0 de la Copa, con defensa de cinco, Canales, Granero y Pedro León no estuvieran ni en la convocatoria. ‘Mou’ no cree en ninguno de ellos. En todo el partido, los granotas apenas salieron de la cueva. Con no salir otra vez goleados, se conformaban.