CAI ZARAGOZA

Tres minutos finales para enmarcar

El base resolvió el encuentro ante el Blancos de Rueda en los tres minutos y un segundo que jugó en el tramo final, en los que sumó 12 puntos y recibió cinco faltas.

De poco vale el haber obtenido una renta de 21 puntos a lo largo de un encuentro si el rival se coloca a uno a falta de pocos minutos para terminar. Es un partido nuevo y ahí es donde surgen los grandes jugadores. En la noche del domingo Carlos Cabezas demostró que lo es. Se echó el equipo a la espalda, se quedó el balón para él solo y amarró un triunfo vital para el CAI Zaragoza. En ese último cuarto para enmarcar, el malagueño jugó cuatro minutos y 29 segundos, aunque tras un mal arranque se fue al banco y regresó cuando quedaban tres minutos y un segundo, tiempo suficiente para decidir el choque con 12 puntos.


Pero el análisis de esos tres minutos no se queda exclusivamente en su anotación. Para empezar cabe destacar su liderazgo. El equipo estaba atascado y Cabezas veía cómo el Blancos de Rueda se echaba encima de los rojillos. Asumió la responsabilidad y optó por la vía más efectiva para asegurar la victoria. Su calidad y experiencia le permiten poner en serios apuros a sus oponentes y así lo hizo.


En ese breve lapso de tiempo el director de juego del CAI aportó doce puntos (de los 19 de todo el conjunto en el cuarto final), un triple estratosférico y nueve providenciales tiros libres. Porque cuando el rival aprieta, una manera relativamente cómoda de sumar es forzando faltas personales. Y en eso Cabezas es un maestro.


En los instantes decisivos hizo caer en la trampa hasta en cinco oportunidades a los vallisoletanos y gracias a ello se fue a la línea de libres en diez ocasiones. Falló un tiro de dos, acertó en su único triple, completó un gran nueve de diez en libres, recuperó un balón, perdió tres (dos de ellos en el comienzo del cuarto) y cometió una falta personal. Todo eso hizo que valorara 14 puntos en esos tres minutos y 12 puntos en el último parcial. Un lujo, ya que sumó 12 del 19 de valoración de todo el equipo en ese periodo.


Menos mal que el malagueño arrancó con varios errores ese último cuarto si no su aportación podía haber sido de escándalo. De hecho, saltó en el quinteto inicial de ese cuarto periodo, pero tras perder dos balones fue sustituido por el belga Van Rossom.


Ya con los nervios calmados y la responsabilidad de quien tiene que asumir el mando, Cabezas regresó a tres minutos y un segundo del final y sentenció la contienda. Muchos lo decían y con razón al concluir el duelo: "Si no está Cabezas, este partido no se gana". Es más que probable.


Gran valoración por minuto

El base andaluz completó tres minutos increíbles, en los que valoró 14 puntos, con lo que su valoración por minuto (dato que se utiliza mucho actualmente en el mundo del baloncesto) fue de 4,6. Espectacular. Y lo es porque el propio Cabezas es el jugador de la liga que está valorando más por minuto jugado y su promedio es de 0,73, por encima de estrellas de la competición como Batista, Suárez o San Emeterio, que no llegan a 0,7. Su presencia en cancha no ha sido muy elevada, pero su productividad siempre que está sobre el parquet así queda reflejada.