ROLAND GARROS

Una final tan esperada como no deseada

Rafa Nadal se juega su quinto título de Roland Garros y el número uno del mundo frente a su verdugo del pasado año, Robin Soderling.

Nadal celebra el pase a la final.
Nadal finalista
EFE

Rafa Nadal y Robin Soderling protagonizan este domingo en la final de Roland Garros un duelo dentro de lo previsible sobre el papel pero que, sin embargo, muy pocos deseaban. Un par de semanas atrás, con las estadísticas aún frescas del comienzo de la temporada sobre tierra batida, todos o casi todos señalaban como probable una reedición de la ya clásica final Nadal-Federer, como ya ocurriera en 2006, 2007 y 2008, siempre con victoria del español. Un encuentro entre Nadal, de 24 años, y el suizo, de 28, quizás el mejor jugador de todos los tiempos, es también sinónimo de muy buen tenis. El manacorense es el 'rey de la tierra batida' y el de Basilea se ha preocupado por mejorar sobre esta superficie, al punto de llevarse en 2009 por primera vez el título de Roland Garros, el único torneo del Grand Slam que faltaba en la vitrina de su casa.


Sin embargo, entre medio de estos dos jugadores que se aprecian y se admiran mucho recíprocamente, lo que no dejan de manifestar públicamente siempre que cuadra, desde el año pasado se ha colado un 'convidado de piedra': el sueco Soderling. Hasta hace un par de temporadas un típico jugador de superficies duras, de saque-volea, con una personalidad que creaba cierta polémica entre sus compañeros del circuito, Soderling comenzó a cambiar en todos los aspectos desde que su compatriota Magnus Norman se convirtiera en su entrenador.


El finalista en Roland Garros 2000 ante el brasileño Gustavo 'Guga' Kuerten, lo recicló hasta tal punto que en 2009 dio el gran campanazo en París al eliminar nada menos que al tetracampeón, Nadal, en los octavos de final con un marcador de 6-2, 6-7 (2-7), 6-4 y 7-6 (7-2). Después, volvería a vencerlo por un doble 6-4 en el Masters de Londres el pasado mes de noviembre. Para el balear, que también se juega en la final recuperar el número uno del mundo, Soderling es ahora uno de los más difíciles jugadores del circuito, al que domina por un corto 3-2 en su mano a mano personal.

"Antes ni saludaba"


Antes, el de Manacor se impuso al nórdico en Roland Garros 2006, en la hierba de Wimbledon en 2007 y en la arcilla del Foro Itálico, en el Masters de Roma del año pasado. "Robin es uno de los mejores jugadores del mundo en este momento (...) Mis relaciones con él ahora son normales. Mejoraron mucho después de Wimbledon en 2007.


Creo que antes ni saludaba porque era medio tímido. Ahora, por suerte ha cambiado", comentaba Nadal el viernes.


El jugador nacido en la sueca Tibro volvió a hacer de las suyas un par de rondas atrás, en los cuartos de final, cuando echó del torneo nada menos que a Federer, defensor del título, también en cuatro sets, por 3-6, 6-3, 7-5 y 6-4, frustrando una vez más la 'idílica final'. Tras derrotar en un largo partido a cinco mangas al checo Tomas Berdych, Soderling comentó: "Quiero jugar con el mejor (...) Estoy muy cansado después de este partido, pero aún me quedan energías".


Las apuestas son parejas, tal vez por el antecedente del año pasado. Eso sí, si Rafa está en su día y juega como lo ha hecho en la mayor parte de los seis partidos anteriores en esta competición, muy probablemente este domingo pueda acariciar su quinto trofeo 'de los Mosqueteros'.