CAI ZARAGOZA

Segundo cónclave contra el descenso

La Asamblea se vuelve a reunir para concretar los descensos y el plan de viabilidad para la próxima temporada.

Ni blanca ni negra. Ni rastro de la fumata el pasado 5 de diciembre en las cotas más altas de la sede de la ACB tras la asamblea extraordinaria. La estratégica 'deserción' de los promotores de un cambio en el descenso, entre ellos el CAI, obligó a suspender la cita por falta de 'quorum' tras conocer que Iurbentia Bilbao se abstendría en la votación y quedando así reducidos a una mayoría insuficiente. Hoy, segundo cónclave. Segunda llamada a formar filas a los 17 barones de la canasta española. Segundo concilio para acordar modificaciones en el descenso.


Hablar de cambios en el descenso es hacerlo del Obradoiro. Los gallegos, que cuentan con la opción de reincorporarse a la elite tras un litigio judicial de 14 años, son la piedra sobre la que se sustenta el proyecto presentado. En caso de que los compostelanos no hiciesen efectiva esa cláusula, lo que se busca es que solo descienda el último clasificado. Algo que parece servirse al gusto de todos menos al de los invitados por la Euroliga -TAU, Barça, Real Madrid y Unicaja, más conocidos ahora como el G4- para formar parte de su proyecto de competición cerrada. Para sacarlo adelante necesitan que 13 de los 17 clubes voten a favor del cambio. El otro punto vespertino, será clarificar las condiciones económicas para admitir la viabilidad de las distintas entidades ACB y las consecuencias en caso de que no se lograsen unos mínimos financieros. La actual coyuntura económica, la crisis de financiación de equipos como Estudiantes o Murcia y la desaparición de Akasvayu, han llevado a primer plano del debate este aspecto.


La anterior asamblea fue una viñeta de giros inesperados, al más puro estilo de los tebeos de 13 Rue del Percebe. Llovieron chuzos de punta aquella tarde. Los primeros cayeron hacia los cuatro grandes. "Egoístas". Ese fue el apelativo elegido para describir al G-4 por parte de sus 13 compañeros ligueros. El resto de la munición se descargó sobre el Iurbentia Bilbao, el club que rompió el pacto de caballeros. En el punto de mira, su máximo accionista, Gorka Arrinda y, por tanto, la fuerza más viva del club por encima de su presidente, Davalillo. Su doble condición como dueño del club y representante de jugadores, le convirtió en carne de cañón para las presiones emanadas principalmente desde la dirección del TAU. El mandatario vizcaíno negó siempre las presiones y se justificó bajo la legitima "defensa de la unidad del baloncesto".


Confluyen en este peculiar parlamento dos colores ideológicos. Los que quieren abrir su mente hacia una Europa cerrada, y los que, por contra, buscan mantener el prestigio deportivo de la ACB con 18 miembros. La corriente mayoritaria, la de los modestos, suma 13 votos, incluyendo al tránsfuga bilbaíno. En la oposición, Unicaja, TAU, Madrid y Barcelona, aunque con distintos matices, buscan la reducción de peso en la competición doméstica, tras ser incluidos en el proyecto de Euroliga con 'numerus clausus', teniendo así la presencia asegurada más allá de los Pirineos cada año. Para la máxima competición continental, su presidente, Jordi Bertomeu, promulga un reparto de plazas, que en su mayoría, se adjudicarían por aspectos diferentes al mérito deportivo. Una Liga de 16 equipos allanaría, en parte, su objetivo, quien ha encontrado en Querejeta, máximo mandatario del TAU, un fiel portavoz.


Una reforma a la que Eduardo Portela ha mostrado una postura antagónica desde el primer momento. Llegar a consolidar una Euroliga clasista no haría otra cosa que entorpecer en sumo grado las aspiraciones continentales de equipos como el DKV Joventut o el Pamesa Valencia. Aun así, la principal motivación es hacer más sencilla la lucha por la permanencia. CAI Zaragoza, Murcia, Bruesa... todos se mueven bajo esa comanda. Incluso el Cajasol, quien aumentaría sus mermadas expectativas de permanencia en caso de un descenso único. El primer corte: lograr en el concilio 13 papeletas a favor de este cambio. El segundo requisito es que el Obradoiro no logre los apoyos económicos necesarios para volver en junio a la ACB.