TOUR DE FRANCIA

Sastre: "El Chaba Jiménez me enseñó la realidad de la vida"

"He sufrido mucho. Mi familia y yo nos hemos sacrificado mucho. Me siento tranquilo y realizado y mi sueño parece que se va a cumplir después de doce años de profesional, al final de mi carrera. Delante de mí tengo todavía muchas cosas bonitas en mi vida deportiva, para saborearlas". Carlos Sastre apenas sonrió durante toda la rueda de prensa que ofreció como ganador del Tour de Francia. "No sé lo que le ha podido pasar a Evans, yo he hecho todo lo que ha estado en mi mano, siguiendo las referencias de Cancellara. Salí a tope, sin pensar en nada más que en mí. Ha sido suficiente para mantener este maillot, que es lo que quería", señaló.


Desde que comenzó en el mundo del ciclismo, con ocho años, ha pasado mucho tiempo. Doce años para ganar un Tour es una parte decisiva en una vida. Sastre agradecía a su padre, Víctor, la labor que emprendió en El Barraco para alejar a los chavales de la droga. El dinero llegaba de una forma fácil debido al trabajo en las ganaderías.


Su hijo ha sido finalmente el que más se lo ha agradecido. No era el mejor dotado físicamente de aquellos chicos. El mejor era, con diferencia, José María Jiménez, el 'Chaba'. Eran dos mundos distintos, en todo. Las prisas en la vida de Carlos Sastre no han existido nunca. Ha sido paciente, ha sabido esperar su momento, ha preparado la carrera a conciencia y el único hombre que hubiera podido derrotarle, Alberto Contador, no estaba en la salida de Brest.


"Venía bien preparado física y mentalmente, mejor que nunca. Tenía la oportunidad de mi vida delante de mí. Este año no me he hecho ninguna ilusión con llevar el amarillo. Me he dedicado a hacer las cosas bien, a hacer mi trabajo, pero hasta que no pase mañana -por hoy- la meta de París no me lo creeré", advirtitó Sastre, quien se acordó del "Chaba" Jiménez. "Yo creo en algo, que siempre ha estado cerca de mí y me ha ayudado. El gsto era para mi cuñado, José María Jiménez, el 'Chaba', que me enseñó a ver la realidad de esta vida. Yo era como su hermano pequeño. Es el que más me ha enseñado y el que más me ha hecho llorar en mi vida. Él quería ganar esta carrera y hoy -por ayer- ha sido el triunfo de los dos. Sabía que llegaba con él a la meta. Él no pudo conseguirlo. Dejó esta vida muy pronto, demasiado joven. Yo he sido paciente y hemos podido llegar los dos juntos, como él quería", relató.


Sastre, a un paso de abrazar la gloria en París, destacó la labor de su equipo: "Ha sido fundamental la confianza de Bjarne Rijs y del resto del equipo. Hay gente que no creía en el trabajo que han hecho corredores como Cancellara, O' Grady o Aversen. Yo sí sé lo que han hecho. Me gusta escuchar más que hablar. Tenía la confianza de la gente que creía en mí", afirmó. El español también quiso disipar la sombra del dopaje: "Los ciclistas siempre vamos a tener el cartel de sospechosos, no nos lo vamos a quitar nunca. Hay gente que quiere engañar a los demás, pero también la hay que lo intenta hacer bien. Pasa como en la vida".