Rubén no desespera

Rubén Castro no acusa su sequía goleadora de las últimas semanas. El canario tiene el hambre intacta y los nervios templados. El delantero del Huesca repitió ayer en varias ocasiones la idea que llena en estos días su pensamiento: "Estoy deseando volver a marcar". Su posible víctima, después de cinco encuentros sin engordar sus estadísticas, es otro de sus anteriores equipos, el Nástic de Tarragona.

Y la plaza, su favorita esta temporada. Rubén ha anotado en El Alcoraz cinco de sus siete tantos; los únicos a domicilio los marcó en La Romareda y en el Rico Pérez desde el punto de penalti. Este fue su último gol en la liga, anotado el 20 de diciembre. Desde entonces, un paréntesis de cinco encuentros (Alavés, Sevilla, Xerez, Girona y Castellón) y 458 minutos. Demasiado tiempo sin probar bocado.

Este último mes ha situado al canario en boca de muchos, que realizan inevitables comparaciones con sus compañeros de demarcación. El técnico, Antonio Calderón, le echó un capote el pasado martes al afirmar que "es un lujo para el Huesca" y que "lo querrían tener todos los equipos de Segunda y alguno de Primera". El técnico también dijo que se le estaba creando "un poco de presión al delantero". ¿Tiene Rubén presión? Por lo afirmado ayer, es capaz de torearla.

"Llevo casi un mes si marcar y ya toca, pero lo más importante es que el equipo gane. El domingo llega un rival complicado que, de hecho, tendría que estar en la zona alta", afirmó.

"El delantero vive del gol. También es importante que dé pases de gol y que corra, pero eso solo no sirve", añadió Rubén. En sus palabras se trasluce algo de autocrítica y, además, considera que no es egoísta: "Siempre he sido así. Si hay alguien en el campo que está desmarcado, se la doy".

Al menos, confirma que no tiene un bloqueo mental: "No me influye la presión, estoy bien y estoy trabajando. Los delanteros pasan por rachas malas. Ahora me toca a mí y espero romperla cuanto antes", se sinceró el atacante canario.