REAL ZARAGOZA

Roberto vuela a Portugal

Pese a que ha venido reiterando en el último mes su intención de forzar su fichaje por el Zaragoza, el portero se va al Benfica. El arquero ha sido seducido por una oferta del campeón luso que el Atlético aprueba.

Roberto Jiménez.
Roberto vuela a Portugal
GALáN/A.P.A.

En un visto y no visto, Roberto Jiménez se ha esfumado de entre las manos del Real Zaragoza. Su destino está en Portugal, en el Benfica de Lisboa, campeón de la liga lusa y, por lo tanto, equipo de 'Champions League' el año que viene, como ya es tradición en la trayectoria del que es uno de los clubes grandes e históricos del continente.


Después de una operación súbita e inesperada para todas las partes, que apenas ha abarcado 24 horas de negociaciones entre Miguel Ángel Gil Marín (director general de Atlético de Madrid) y Luis Filipe Vieira (presidente del Benfica), ayer al mediodía se cerró el acuerdo de traspaso de Roberto del cuadro colchonero, propietario de su pase, al club benfiquista.


Alrededor de 4 millones de euros van a pagar los portugueses por el arquero madrileño que, ante la marcha del veteranísimo internacional Quim del vestuario del Benfica, llegará a Lisboa con vitola de titular y con unas condiciones económicas superiores en todos sus términos a las que el Real Zaragoza podría ofrecerle en estos difíciles momentos para sus arcas. De este modo, el guardameta madrileño, que ha jugado los últimos tres meses y medio de la pasada Liga en el Real Zaragoza cedido por el Atlético de Madrid, ya no tendrá continuidad con la camiseta zaragocista pese a que él ha venido sugiriendo tal posibilidad desde hace dos meses de manera explícita.


El Zaragoza ha confiado siempre en que la presión que Roberto pudiera ejercer sobre los dirigentes del Atlético de Madrid en los próximos días pudiera ser decisiva para su aterrizaje definitivo en el vestuario aragonés. El portero, desde un par de semanas antes de concluir la Liga, ya comenzó a declarar públicamente su deseo de cuajar un vínculo largo y estable con el Real Zaragoza (cuando llegó en enero, lo hizo a préstamo sin ninguna opción de compra por parte de Agapito). Roberto, que fue decisivo en la remontada en la clasificación que experimentó el equipo blanquillo en la segunda vuelta y que acabó con la permanencia en Primera División, siempre ha manifestado sentirse muy a gusto con su familia en Zaragoza. Entre esas sensaciones de índole personal y el gran reconocimiento de su trabajo por parte de la afición (acabó el curso siendo un ídolo y aclamado para que no se marchase), los dirigentes zaragocistas se habían hecho a la idea de que la contratación de Roberto era algo posible a poco que el Atlético comprendiese a su jugador.


Roberto Jiménez, que ha sido puesto en valor por el Real Zaragoza en sus 15 partidos como titular bajo palos después de un mal año en Huelva, tenía claro que su sitio no estaba en la plantilla del Atlético. Allí, la irrupción del joven De Gea tras la grave lesión de Asenjo ha taponado, quizá por muchos años, el acceso a la portería colchonera para el resto.


Roberto no quería cambiar la titularidad asegurada en el Real Zaragoza por la segura suplencia en el Manzanares. Y en los despachos nobles zaragocistas siempre se pensó que, esa postura de fuerza que el arquero iba a manifestar cara a cara a Cerezo (el presidente madrileño), Gil Marín y Jesús García Pitarch (el director deportivo rojiblanco) por estas fechas, sería pasaporte para su llegada definitiva al club zaragozano.


La aparición del Benfica


Pero nadie contaba con la súbita y fulminante aparición del Benfica en la tarde del martes. El presidente luso, Luis Filipe Vieira, se presentó en Madrid para negociar personalmente con Gil Marín la contratación de Roberto, que tiene enamorado con sus paradas y su seguridad mostrada en el Zaragoza al técnico lisboeta Jorge Jesús.


El Atlético, que ha de resarcirse cuanto antes de la ruinosa operación que ha resultado el fichaje de Asenjo (pagó 6 millones de euros el verano pasado al Valladolid), vio enseguida como un gran negocio la oferta del Benfica, que gira sobre los 4 millones. Roberto, al fin y al cabo, es un canterano por el que el global de la venta es plusvalía. Cuando los dirigentes rojiblancos llamaron al club al portero, pasadas las 8 y media de la tarde (acudió junto a su representante, Juanma López), el Atlético y el Benfica estaban ya de acuerdo en casi todo. A Roberto, la sorprendente noticia le sedujo en pocos minutos.


Ayer, la jornada transcurrió entre el silencio de Roberto y su entorno (todo lo contrario que ha sucedido hasta ahora), la satisfacción en las filas atléticas y benfiquistas e, inevitablemente, la enorme decepción en el Zaragoza. Anoche, solo quedaba por definir el tiempo de duración del contrato que el portero va a firmar en las próximas horas en Lisboa. Todo lo demás está ya cuadrado aunque no ha transcendido.


Prieto y Herrera se quedan sin uno de los pretendidos fichajes en propiedad que, por su pasado reciente, más pluses ilusionantes iba a generar entre la afición blanquilla, además de perder uno de los puntales del futuro y arriesgado proyecto deportivo. Son los gajes de la situación que vive el Zaragoza. En cualquier pugna por un futbolista, tiene poco a ganar, tanto por razones económicas como por otras de orden deportivo. Marcano prefirió horas antes el 'EuroGetafe'. Roberto ha caído en los brazos del Benfica de 'Champions'.