SD HUESCA

Responsabilidad de todos

El técnico parece decantarse por una mezcla de veteranía y juventud y Rafel Sastre habla de una labor coral.

Rafel, durante uno de los ejercicios del entrenamiento de ayer en el IES Pirámide.
Responsabilidad de todos
RAFAEL GOBANTES

Se acerca el partido, decisivo como todos, de la Sociedad Deportiva Huesca frente a la UD Las Palmas y el técnico Quique Hernández parece decantarse por una mezcla de experiencia y juventud para el once inicial que plantee mañana. Es decir, por el grupo de veteranos que ya ha vivido situaciones similares y es capaz de ofrecer una respuesta adecuada más la pujanza y frescura de aquellos que gozan de sus primeros pasos en la categoría de plata. Con esta idea ha trabajado tanto el miércoles como ayer, a falta de que el valenciano tenga la última palabra y pueda decidirse por alguna otra variante.


Con este planteamiento, cuatro futbolistas del once del pasado sábado en Soria no repetirían: además del sancionado Tariq, Corona, Bauzá y Gilvan, que dejarían paso a la savia nueva que representan Molina y Javi Martínez más Roberto García y el centrocampista Lluís Sastre. Helguera se entroncaría en la defensa junto a Rafel, Rivas y Clavero; Molina y Sastre compondrían el doble pivote con Martínez, Camacho y Vázquez por delante con Torreta. La alineación admite variantes, pero toma un inequívoco perfil ambicioso, tal vez para que no se dé otra vez la sedición mostrada en Los Pajaritos, donde lo mejor fue la igualada (1-1).


Con Josetxo en el alambre, pues sigue renqueante de sus problemas físicos, y sin el ariete hispano-emiratí, uno de los futbolistas que se encuadran dentro del grupo de los 'mayores', aquel señalado el pasado lunes por el gerente Raúl Ojeda como el que tiene que dar un paso adelante, es Rafel Sastre. El lateral balear, además, cumplirá su partido 300 en Segunda División, que se dice pronto. Será el undécimo con la camiseta del Huesca. Antes sumó 257 con el Sporting de Gijón (más 52 en Primera) y 32 con el Mallorca B. A los 36 años, el defensa no está respondiendo quizá a lo que se esperaba, pero su propia idiosincracia ha de convertirle en uno de los referente en la esperada reacción azulgrana, empezando por el choque de mañana.


El mallorquín y hermano de Lluís expresaba ayer que "ahora, hasta Navidades, todos los partidos van a ser fundamentales, empezando por el de Las Palmas. La semana pasada logramos un empate en Soria dando gracias, pero el equipo está con ganas, mentalizado y sabiendo de la importancia de los tres puntos". Una labor que no considera exclusiva de los veteranos: "Tenemos que transmitir todos, no solo yo, y ahora es cuando más tranquilidad y confianza hemos de tener. Apoyarnos al máximo los unos y los otros, técnicos y jugadores, y a partir de ahí sumar y ganar partidos".


Rafel se agarra como el resto a las opciones en El Alcoraz y a los 28 partidos que hay por delante, ya que "todavía queda mucho y posibilidades de hacerlo mucho mejor que hasta ahora, salir de ahí. El año pasado también costó arrancar. La temporada dura diez meses y queda mucho. Tenemos un buen equipo y un margen suficiente, pero hay que hacerlo".


Una de las lacras de esta campaña, la incapacidad para dejar la puerta a cero, tenía en el zaguero la explicación de que "será porque no hacemos las cosas bien. Encajas goles por errores de los que defienden. Siempre va a haber derrotas, es inevitable. Y en este momento cualquier error se paga, hay que estar más concentrados y metidos en estas situaciones". Hablando de Las Palmas, "en este momento cualquier rival es complicado". En el plano personal, Rafel manifestaba una opinión favorable de su propio rendimiento a la par que autoexigente: "Me he encontrado bastante bien desde que empezamos. Siempre ha habido partidos mejores y peores, pero se puede dar más".


Al hilo de la citada rueda de prensa que dio Ojeda, Rafel hablaba de que "es su opinión. Aquí acertamos y nos equivocamos todos". La unidad a la que se apela tiene como parte fundamental a una "afición ha de seguir apoyando al equipo, es fundamental. La gente puede pitar, es comprensible porque han pagado su entrada y quieren ver un buen espectáculo, pero ahora necesitamos el apoyo de todo el mundo". Un deseo que comparte con el resto del Huesca.