Ademar León33-23 CAI Aragón

Resbalón en León

El CAI Aragón cae en la pista del Ademar, pero conserva sus opciones a la ?Champions?.

Demetrio Lozano y Alberto Val en plena acción defensiva ante el pivote Carou.
Resbalón en León
DIEGO FIDALGO

Tropezó el CAI Aragón en León. Lo devolvió a la tierra el Ademar después del maravilloso paseo por las estrellas ante el Ciudad Real. El cielo y el infierno no son eternos en la Liga Asobal. Cada partido es una historia, reiteración de la obviedad que conviene subrayar hoy, cuando sentimos en nuestros pies las brasas y la sonrisa miserable de Lucifer. Paso atrás en León, pero el paraíso sigue ahí, cercano, accesible, posible: la cuarta plaza, la que daría acceso a disputar la ‘Champion’s por invitación de la EHF, la llamada ‘Wild card’ no pertenece al terreno de la utopía. Solo hay que consultar la clasificación aneja. Granollers, Valladolid y Ademar continúan a tiro de piedra. Y eso que la tabla clasificatoria no dice nada de que el CAI ya ha jugado con el Barça y el Ciudad Real, y el resto de candidatos a la ‘Champions’ no. Perdimos ayer, pero se puede seguir soñando.


«Denis, Denis, Denis», cantaba la afición del Ademar. Jaleaban en los minutos finales al extremo ruso Krivochlykov, que había rubricado una fantástica serie de 11 goles sin error. El cántico nada decía de que de los 11 preciosos chicharritos, siete fueron anotados de penalti. La victoria del Ademar fue tan abrumadora como la anotación particular de Krivochlykov. Jugó bien, con mucho criterio, el cuadro leonés, pero la contundente victoria de 10 goles que subraya el marcador fue allanada y catalizada por un sibilino arbitraje contra los intereses aragoneses, sobre todo en la primera parte. Luego, cuando ya todo estaba decidido, Álvarez y Bustamante maquillaron la estadística final. Álvarez y Bustamente, dos recién ascendidos a la Asobal, pitaron ayer en León. En la ida, en Zaragoza, Raluy y Sabroso, la pareja internacional que dirigió la reciente final del Mundial de Suecia entre Francia y Dinamarca. Ya me van entendiendo...


Ortega apostó de salida por el grupo de jugadores que personalizaron la hombrada ante el Ciudad Real. Con Ruiz Casanova al mando de las operaciones, Stankovic y Lozano en los costados, Cartón y Amadeo en los extremos, Prendes en el pivote, e Iñaki I de Navarra y Aragón en el portal. Stankovic firmó las primeras ventajas de un CAI Aragón que tomó la salida mucho más enchufado que su rival. Entre la tierna musiquilla del homenaje a Prendes y Cartón, una presentación a la americana a tope de decibelios de los jugadores del Ademar, y el sentido minuto de silencio por las víctimas del terremoto en Japón, costaba centrarse un tanto. Los aragoneses se encontraron antes, propulsados por un Stankovic imponente. El Ademar, por contra, se mostró impreciso en el inicio, atascado en el seis-cero defensivo bien dibujado por el CAI. Los mejores desatascadores leoneses no vestían la camiseta marista, sino un triste color negro. Hasta tres penaltis señalaron Álvarez Mata y Bustamante López ¡antes de minuto 7! Los árbitros los sostuvieron en un arranque acertado del CAI Aragón.


Si los inicios hablan de la predisposición con la que los equipos afrontan un partido, la capacidad de reacción posterior plasma su potencial real. Supo reaccionar el Ademar al arreón inicial aragonés. Manejó con criterio el banquillo el técnico Jordi Ribera. Los maristas comenzaron a mover con más pausa en ataque, buscando a Montoro, la nueva promesa del balonmano español. El prospecto de este producto es sencillamente delicioso: zurdo, 210 centímetros de altura, 20 añitos. Como el legendario germano Zerbe, pero sin chepa. Si no lo vuelven loco el Barça y el Ciudad Real, si disfruta de continuidad en León, estamos ante un jugadorazo. El brazo de Montoro, las carreras y los penaltis de Krivochlykov y las paradas de Álamo lanzaron al Ademar, que alcanzó el intermedio en ventaja (14-11).


La reanudación confirmó la apuesta de Jordi Ribera ante un CAI Aragón que se desvaneció por completo. De no haber mediado el empujoncito de los árbitros, cabría hablar de partidazo del Ademar. Yo diría y escribo que que el partido de los maristas ayer fue notable, que no es poco. Igual que la anotación de Krivochlyhov y el engorde artificial de los penaltis. El que lo bordó de verdad fue Montoro. Y el que resbaló, el CAI Aragón.